* Ni siquiera llovía, sino que el desbordamiento del arroyo El Indio se produjo por el agua que bajaba del cerro de San Juan.
Una señora de algunos 65 años que vive por la calle Veracruz –saliendo de Xalisco a Tepic- cuenta que escuchó gritos de los vecinos, alertando del aguadal en el arroyo El Indio, que ya se metía a sus casas al oscurecer del sábado.
“Pero ni siquiera estaba lloviendo. Unos muchachos sacaron a mi papá de 92 años y se lo llevaron a otra casa de dos pisos. Mi hermana y yo nos quedamos, pero el agua seguía subiendo y nos metimos a un baño que tiene escalones. Como una media hora después vinieron unos vecinos y nos rescataron por el techo de la casa; con una escalera fueron sacando a más gente de otras casas”.
Como lo narra la mujer, el desbordamiento no fue por alguna fuerte lluvia en Xalisco, sino que el agua bajó con fuerza desde el cerro de San Juan, arrastrando todo a su paso: vehículos, bardas, árboles, piedras...
Los puentes a la altura de las calles Monterrey e Hidalgo fueron rebasados. A lo largo de este domingo muchos hombres seguían trabajando en el lugar, retirando los gruesos troncos que quedaron atorados en los puentes.
Otra mujer, vecina a la calle Hidalgo –entrando de Tepic a Xalisco- refiere que acababa de irse de la casa de sus papás, ambos ancianos, junto al arroyo, cuando un familiar le gritó lo que ocurría.
“Yo no creía porque ni siquiera estaba lloviendo. Por fortuna con ellos estaba una sobrina joven que los pudo sacar con la ayuda de unos vecinos”.
En muchas casas, cientos quizás, este domingo seguía la tarea de retirar toneladas y más toneladas de tierra. De sacar los artículos que ya no sirven. Y es que todo se mojó o quedó bajó el lodo.
Se menciona también la búsqueda de desaparecidos y el fallecimiento de dos personas con relación al desbordamiento.
Sobra indicar la presencia de autoridades en el lugar: del Ejército, la Marina, la Fiscalía General, Policía Municipal, Protección Civil, grupos de rescate, así como ciudadanos que acudieron a prestar ayuda con palas, cubetas, carretillas. Igualmente llegaban personas a ofrecer pan y tortas a quienes trabajaban.
Máquinas grandes vaciaban en góndolas el escombro, para retirarlo del lugar.
(Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)