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Vie, Abr

¡En Xalisco: hablan los héroes desconocidos!

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* Con el desbordamiento en el arroyo El Indio, hubo muchos ciudadanos que arriesgaron su vida, rescatando a familiares y vecinos que quedaron atrapados, antes del arribo de las autoridades. 

 

Cuando el agua, piedras, lodo, troncos y mucho más rebasaron los puentes de las calles Monterrey y Veracruz, en Xalisco, y se empezaron a inundar cientos de casas, muchos vecinos tomaron la rápida decisión de ir al rescate de quienes quedaron atrapados, poniendo en riesgo su integridad física.

Ante la imposibilidad para mostrar la experiencia de todos ellos, la presente nota busca un reconocimiento a ese actuar. Son los héroes desconocidos. Aquí algunos de ellos:

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Con lágrimas en los ojos, la señora Norma Lilia López cuenta que cuando el agua se desbordó a la altura de la calle Monterrey, apenas pudo gritarle a su hija Lidiser Mariana, de 10 años, que subiera a la planta alta de la casa. 

“Traté de cerrar la puerta pero el agua ya no me dejó; mi hija lloraba, me gritaba y fui con ella. No sé cómo agarré mi bolsa y el teléfono, no recuerdo. Nos asomamos por el balcón. Mi hija me decía que nos íbamos a morir. Mi esposo había salido y mis hijos también. El agua subía más y pudimos subir al techo; de ahí empecé a ver a unos muchachos, vecinos, que se vinieron por las azoteas de otras casas y nos ayudaron a bajar con una escalera que traían. Son vecinos de lo mejor, siempre solidarios, estamos muy agradecidos con ellos”.

Norma Lilia se refiere a Salvador García, Daniel Velázquez, Julio Pérez y Alberto Ramírez, quienes participaron en tareas de auxilio antes de que llegaran las autoridades. Este lunes, los tres últimos seguían trabajando en la limpieza del barrio. A Salvador no se le pudo encontrar.

Norma Lilia dice que recibieron la visita de especialistas en psicología que les sugirieron contar lo sucedido para regresar a su vida normal. Su pequeña hija pasará unos días en casa de sus abuelos.

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Cuando Lucio Genaro Nava Montoya se enteró del desastre llamó por teléfono a su mamá Lidia Montoya, de 68 años, quien vive a unos 10 metros del cauce del arroyo El Indio. Ella ya estaba atrapada, el agua llegándole a la cintura.

Lucio cuenta que se acercó lo más que pudo en su camioneta y después corrió varias cuadras, brincó por varias casas y arribó por el patio trasero hasta donde estaba su mamá. Con la ayuda de otros vecinos pudo rescatarla. 

De ahí llegó a otro punto de mayor peligro: la pequeña casa de su tío Francisco Montoya, ésta sí ubicada junto al cauce. “El agua y el lodo ya no lo dejaban salir. Quebré una de las láminas y lo saqué por arriba”.

Después de varias peticiones, Lucio finalmente acepta que se le tome una fotografía.

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Martín Pérez Ramos, de 58 años, vive por la calle Hidalgo –entrada de Xalisco- y enfrente radican sus suegros Raúl Fernández y Rosario Parra Sánchez, ambos mayores de 80 años, así como Belén Parra, de 90 años y hermana de Rosario.

La de ellos es la casa que se ve junto al cauce, al lado derecho desde el puente de la calle Hidalgo.

“Ví que el agua arrastraba perros, cerdos, cilindros de gas y a una persona que nomás manoteaba. Era un hombre. Corrí a la casa de mis suegros que por fortuna estaban acompañados por una sobrina, Diana Lizeth Fernández. También llegó Alfredo Inda Mercado, otro vecino. Yo me llevé a la tía Belén hacia la parte de atrás y por una escalera pudimos subirla, con la ayuda de Efraín González Miramontes, del taller El Tucán. El agua nos llegaba a la cintura y por enfrente no podíamos salir”. 

Mientras tanto, los ancianos esposos fueron mantenidos en la parte más alta del patio por Diana y Alfredo y más tarde, cuando arribaron grupos de rescate, se les pudo sacar.

“Imagínate, nos allá caído esto en la noche”, externa Martín Pérez.

Su hijo Noé Martín y su primo Martín Antonio Esparza se encontraban en un rancho, a unos 11 kilómetros de Xalisco, cuando allá cayó el aguacero.

“Vimos el arroyo. Era mucho lodo, era un agua muy fuerte. Allá nos quedamos hasta que pasó todo”.

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Santos Esparza Torres permanecía en su casa, a unas cinco cuadras del arroyo, cuando su esposa Karina le avisó del desbordamiento. Junto al cauce, por la calle Monterrey vive el señor José Aguayo, de 84 años y abuelo de Karina.

“Le marqué a una hija de don José, que vive con él y me dijo que había salido. Él estaba solo. Ya no se podía pasar por el puente y me fui corriendo hasta la calle Hidalgo para dar la vuelta. Su nieto Iván Aguayo y yo pudimos entrar, empujando la puerta porque el agua no nos dejaba. Subía muy rápido, encontramos a don José y lo pudimos rescatar”.

Ambos son encontrados este lunes a la puerta de la casa, sentados y observando los trabajos de limpieza.

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Vecinos de la calle Veracruz, a unos 30 metros del arroyo, los hermanos Jairo Armando y Ángel Evangelista Rodríguez cruzaron la calle, cuando el agua llegaba por ambos lados. Sabían que había gente que necesitaba ayuda.

Jairo cargó en brazos al señor Luis Cárdenas Hernández, de 92 años, y Ángel se trajo al niño Emmanuel Cárdenas, de ocho años. Los subieron a la planta alta de su casa, con la ayuda de su papá Armando Evangelista.

Ángel ya no pudo regresar a la casa de enfrente, pero Jairo sí: fue él quien –como se indicó ayer aquí- encontró a las señoras Juana y María Luisa Cárdenas Moreno, hijas del citado anciano, en el interior de un baño y en peligro de morir ahogadas. Pudo ayudarlas a subir a la azotea. De ahí, por el techo, llegó a otras casas para prestar ayuda a más gente, llevando la escalera. En la azotea permanecieron hasta que pasó el peligro.

“Los muchachos de ahí nos sacaron. Que Dios los cuide”, indica la señora Juana, quien sigue en la limpia de su casa.

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Son algunos de los tantos y tantos héroes desconocidos del desbordamiento en Xalisco. Un reconocimiento para ellos.

PIDEN MÁS VIGILANCIA

Los maestros Severiano Sánchez Gómez y Evelia Castañeda Romano perdieron todo lo que había en la parte baja de su casa, en La Paz número 58. El patio trasero de la finca da al cauce del arroyo. Ellos no estaban cuando ocurrió el desbordamiento.

La pareja solicita que haya más vigilancia por las noches, puesto que muchas casas quedaron sin puertas y sin ventanas. No han dejado la casa por las pertenencias que tienen en la parte alta.

Sánchez Gómez se pregunta dónde está la solidaridad de la Sección 49 de maestros a la que pertenecen.

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Fotos:

- Martín Pérez, de playera blanca, en el patio de una casa.

- Efraín González con cachucha y playera azul.

- Lucio Genaro dentro de una casa, con escoba.

- Daniel Velázquez, Julio Pérez y Alberto Ramírez.

- Ángel y su papá Armando, abrazados.

- El anciano José Aguayo y Santos Esparza.

(Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)

 

 

 

 

 

 

 

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