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06
Lun, May

Fuertes lluvias dictan agenda a Toño y Castellón: no más obras de ocurrencia

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* Las tormentas ya dejaron constancia de que, si no es por las buenas será por las malas, pero se requieren obras que ayuden a disminuir el riesgo de inundaciones, ahora tan crónicas.

 

Las lluvias ya dictaron agenda a los gobiernos estatal y municipal, especialmente para Tepic: parecen decir que si no es por las buenas, será por las malas, pero las tormentas han dejado constancia de la urgencia para la inversión de recursos en materia hidráulica, grandes, que ayuden a disminuir las inundaciones.

Y es que esta grave situación ya se volvió caótica, crónica en numerosas colonias.

Si por algo van a empezar las próximas administraciones de Antonio Echevarría García, en el Gobierno del Estado, y de Francisco Javier Castellón Fonseca, en el Ayuntamiento de Tepic, seguramente nadie objetará si se decide una inmediata inversión de recursos para atender esta situación que frecuentemente agravia a miles de familias que viven en partes bajas de Tepic, muchas de ellas ubicadas alrededor o a espaldas del Tecnológico de Tepic.

Es decir, si no ha sido la sociedad, pues entonces serán las lluvias las que pongan un alto a obras de ocurrencias y de maquillaje de los gobiernos.

Habría que añadir que si bien se dice que ahora llueve menos, pero cuando hay tormentas llueve más, y contra la naturaleza no hay remedio que la frene, también son ciertas las evidentes omisiones de los gobernantes y sin necesidad de ser expertos en esas cuestiones. 

Un sencillo ejemplo: cómo puede entenderse en estos tiempos, si no como una negligencia de muchas administraciones, que el puente de la avenida Insurgentes, a un costado del cuartel de Bomberos, haya sido rebasado en su capacidad frente a las lluvias, que la avenida sea borrada por el agua con el riesgo que ello implica para conductores y peatones, y a pesar de que esa zona y cientos de metros hacia arriba es de problemas constantes, por ejemplo con inundaciones en los Servicios de Educación Pública del Estado de Nayarit (SEPEN).

El puente tiene otra espinilla: a un lado, tres tubos gruesos cruzan el canal y otros dos más delgados, a un nivel más bajo, por lo que suelen hacer una presa: atoran desde troncos, llantas e infinidad de otras cosas. El viernes 21 ahí quedó atorado, como muestra, una rama de eucalipto, posiblemente de un árbol en el canal unos metros más arriba. 

Precisamente, en los últimos días a espaldas de Ley-Álica y Wal-mart han caído no menos de 10 eucaliptos por los fuertes vientos, pero no existe un operativo para derribar sin riesgo a otros que evidentemente pronto caerán. Pareciera que se pondrá atención a ello hasta que ocurra una tragedia.

Por cierto, del otro lado del citado puente, en la banqueta no hay ni siquiera un pasamano. Caer durante una tormenta significaría la muerte.

Se trata de un minúsculo ejemplo de las tantas necesidades de obra pública que enfrenta la ciudad. Pero ese lugar, y la referencia que ya se hizo a las llantas que ahí se atoran, conduce a que esta situación no es sólo responsabilidad de las autoridades, sino que se ocupa la participación de todos, cuando menos para hacerse cargo cada quien de su basura. Esas llantas no pudieron haber llegado solas al canal.

La otra es la construcción de colonias que posiblemente nunca debieron edificarse en zonas con estos riesgos. Es decir, ya no puede construirse donde sea.

Así pues, las lluvias en la ciudad están hablando con exigencia por obras verdaderamente necesarias. Las tormentas le dictan agenda a Echevarría y a Castellón.

En este entorno habría que recordar que hace cerca de 20 años fue rebanado el cerro de La Cruz, a donde cientos de personas acuden todos los días para ejercitarse. Bien valdría la pena ser analizado en sus paredes para descartar riesgos de que un día puedan desgajarse.

(Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)

 

 

 

 

 

 

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