* La ex presidenta municipal reclama: “¡hay que rescatar la dignidad, Tepic y sus ciudadanos merecen ser respetados!. Dejemos de ser inútiles. La sociedad no deberíamos permitir la entrega de un centímetro más a cambio de deudas”.
El 17 de septiembre del 2002, unas horas antes de dejar el cargo como presidenta municipal de Tepic, María Eugenia Jiménez Valenzuela leyó ante el Cabildo una tarjeta informativa, en la que precisó que la deuda pública del ayuntamiento era de 19 millones 970 mil pesos, pero dejaban recursos por cerca de 24 millones como reserva para el aguinaldo y en fondos del llamado ramo 33.
Eran otros tiempos. La deuda municipal fue reducida por el alcalde Tino Ávila Arce –fallecido en 2001- y por Jiménez Valenzuela, puesto que en 1999 ascendía a más de 50 millones.
Ahora, 12 años después, con un ayuntamiento colapsado financieramente, con una deuda pública que puede oscilar en mil millones, sin recursos para pagar la quincena a los trabajadores y con intentos por entregar en pago inmuebles públicos, María Eugenia levanta la voz y sintetiza por qué, según su análisis, es que ocurre esto: “¡por el cinismo y porque se acabó la vergüenza!” de muchos gobernantes.
Dice que ni Ávila Arce ni ella pensaron siquiera pagar deuda municipal con algún inmueble.
“Tino y yo teníamos un proyecto de gobierno. En el 99 se debían dos millones a la Comisión Federal de Electricidad y fue con Gerardo Siller –entonces superintendente de la CFE- como se tuvo una prórroga para que se consiguiera recurso. Nunca hubo una propuesta de ninguna parte y ni lo pensamos”.
Lamentablemente hoy, agrega, han desaparecido muchas áreas municipales que en su momento fueron recuperadas.
“Hay temor, miedo a levantar la voz, a escarbar; vimos con mucha tristeza de las tropelías más grandes en la historia de Nayarit, lo que Ney hizo aquí en la ciudad y en las áreas federales de la zona marítimo terrestre, sobre todo en Bahía de Banderas”.
Y agrega: “el mal ejemplo cunde. La sociedad no deberíamos permitir la entrega de un centímetro más a cambio de deudas”.
Para Jiménez Valenzuela, no hay de otra: “la sociedad tiene que participar y asumir una responsabilidad. Este no es un problema de quien asuma en unos días la Presidencia Municipal, sino la oportunidad que tenemos de demostrar que somos de carne y hueso y pobre de aquel que no se interese por los asuntos públicos. ¡Dejemos de ser inútiles!, dejar esa área de confort en la que muchos y muchas viven”.
Además de lamentar las pretensiones o entrega de inmuebles públicos, dice que el alcalde Héctor “El Toro” González Curiel “pecó de ingenio. Ni modo que no haya sabido cómo dejó la presidencia el anterior. Me parece que para muchos ser presidente
municipal es como pisar un planeta diferente, cuando ser presidente municipal es la oportunidad de servir, no de servirse.
“Cómo lograr que el ciudadano pague los servicios si la autoridad no nos merece respeto porque no maneja los recursos de los impuestos como debiera, ¿a dónde llegan esos recursos?. La gente quiere que se hable con la verdad y se transparente el ejercicio público; Tepic está en estado de coma y los datos están a la vista.
“Durante todos mis años de activismo he luchado por un aire limpio, una agua limpia, comida limpia; lo que he defendido es el derecho de todos y por eso duele más. Lo que está sucediendo en Tepic es un efecto acumulativo de cuatro ejercicios de gobierno municipal después de que entregué el cargo. Hay una degradación absoluta, un cinismo sin nombre, es pisotear la dignidad de los ciudadanos y hago un reclamo a todos para que asumamos el papel que nos corresponde.
“Hay insatisfacción y molestia, abandono en los servicios públicos, fugas de agua, inundación de basura, calles en mal estado, sin iluminación, falta de seguridad. ¡Hay que rescatar la dignidad, Tepic y sus ciudadanos merecen ser respetados!”.
En la tarjeta informativa leída el 17 de septiembre del 2002, el punto 5 dice: “no se deja ningún pago pendiente a proveedores”. Mientras que ahora, durante años los proveedores van y vienen a las ventanillas municipales todos los días, esperando el ansiado pago. Son tantos.
UN DONATIVO
Por la mañana del jueves, Jiménez Valenzuela se presentó al asilo Juan de Zelayeta y reafirmó ante la madre directora María Virginia Portillo Chávez la decisión familiar de donar cerca de 70 mil pesos, producto de un recurso pendiente que COPARMEX tenía con su fallecido esposo José Felipe Vargas Hernández.
Con 30 años de trabajo en el asilo, Portillo Chávez apunta a este reportero: “los asilos y orfanatorios no deberían existir; la sociedad nos tendríamos que hacer cargo de nuestros abuelos y enfermos. Pero estamos en una sociedad donde el capitalismo salvaje está produciendo cada día más pobres y esto no puede ser.
“Agradecemos a quienes durante muchos años han apoyado, e invito a quienes nunca se han acercado a sensibilizarse con quienes no tienen nada. Que vengan y vean para que de ahí nazca el amor y la solidaridad”.
Foto: archivo Oscar Verdín/relatosnayarit
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