En la acusación efectuada contra Omar René Arias Tejeda, porque presuntamente clonó hasta 80 permisos de taxis y que vendía entre 100 y 120 mil pesos cada uno, hay preguntas obligadas: ¿quién pagó por ellos? y ¿por qué no hay denuncias por fraude?, exigiendo la devolución del dinero. ¿Quiénes son sus cómplices?.
Aunque la detención de Omar René –asesor del ex director de Tránsito Francisco García Villela, destituido como rector de la Universidad Tecnológica de la Costa- se conoció el 21 de marzo,
la indagatoria por el asunto de los permisos de taxis inició el 28 de febrero cuando el director de Tránsito Agustín Flores Díaz, quien nueve días antes sustituyó a García Villela, alertó a la Fiscalía General del Estado de un permiso apócrifo, detectado durante un trámite que pretendía hacerse sobre cesión de derechos.
Identificado con el número de folio 01778, el falso permiso correspondería a un taxi con base en la colonia Molinos del Rey, en Tepic. En el documento se asienta que fue emitido el seis de julio del 2011 por el entonces gobernador Ney González Sánchez.
Y aunque ese asunto generó la indagatoria, dos elementos de la Agencia Estatal de Investigación aseguraron que el 21 de marzo, cuando se encontraban en las oficinas de Tránsito, como por arte de magia un individuo que se reservó su identidad les dijo que momentos antes le pretendieron vender un permiso de taxi a cambio de 120 mil pesos. Y el señalado era precisamente Omar René, cuya presunta responsabilidad fue ventilada ese día a los medios de comunicación.
Tras la detención, a Arias Tejeda le habría sido asegurado otro permiso falso, número de título 01115, también expedido el seis de julio del 2011 y con base en la plaza principal de Ixtlán del Río.
Un perito de la Fiscalía General detalló las diferencias de los permisos falsos con los verdaderos, como el uso de papel ligeramente más grande, así como la ausencia de holograma de seguridad en el segundo de ellos.
¿Y LOS CÓMPLICES?
Aunque la Fiscalía General dejó abierta la investigación, no ha sido ventilada la identidad de los cómplices ni de quienes resultaron agraviados por el pago de esos permisos. Tal parece que todo está armado para que inicie y termine con Omar René.
En su declaración ministerial aceptó la elaboración, en una computadora personal, de los dos permisos asegurados, y respecto a sus cómplices indicó que hubo “participación de algunas personas que en este momento no recuerdo sus nombres, pero que es personal sindicalizado”.
Añadió que los documentos, cuyo número dijo no recordar, fueron elaborados durante unos cuatro meses en la época de García Villela como director de Tránsito.
Consignado ante el Juzgado Primero Penal, expediente 197/2013, en su declaración preparatoria Omar René ratificó la versión ministerial, quedando confeso, sin embargo es obvio que no cuadra que haya actuado en solitario y más bien pareciera que se cuidó que no brotaran más nombres. Era él y nadie más. Omar René se encuentra con libertad bajo fianza puesto que el delito de falsificación de documentos no es considerado grave.
Es decir, el caso de corrupción sobre permisos de taxis en Tránsito del Estado representa un reto para la administración de Roberto Sandoval Castañeda, puesto que resulta obvio que hay más implicados.
Una versión que ha cobrado fuerza es que muchos de esos permisos ni siquiera eran vendidos, sino distribuidos entre personajes que comulgan con el gobierno estatal, los que ahora esperarían que el caso sea cerrado.
La Fiscalía General del Estado está obligada a recabar, cuando menos, la declaración de las personas cuyos nombres están plasmados en los permisos falsos que fueron asegurados, al igual que la de García Villela.
Tras la instalación de un módulo anticorrupción en las oficinas de Tránsito del Estado, anunciado por el gobernador dos días antes de la captura de Omar René, han brotado datos que apuntan a García Villela y al diputado local por el PRI Carlos Alberto Saldate Castillón como algunos de los personajes beneficios con las transas. Ambos estarían interesados en que al asunto se le de carpetazo.
Fuentes extraoficiales revelan que una forma para distinguir los permisos falsos que serían puestos en circulación era colocando un pequeño dibujo en un documento previo, como una carita feliz, señal de que había aceptación para su distribución.
Aunque en el caso de Omar René se indicó que habría clonado hasta 80 permisos, en la consignación penal se identifica sólo dos, pero extraoficialmente se indica que son cientos.