* El tiempo nos irá recordando el reclamo de los trabajadores del Poder Judicial Federal y si fue preciso al advertir el nacimiento de una dictadura.
* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)
De los reclamos que en las últimas semanas han lanzado funcionarios del Poder Judicial Federal (PJF) en el país, hay uno que sintetiza todo:
“¡México, despierta, la dictadura está en la puerta!”
Y es que la reforma judicial aprobada realmente no debería ser, porque no atiende los problemas que se viven en la procuración y administración de justicia, sino que se trata de un secuestro que priva al país de la división de poderes, del secuestro de la independencia del PJF para entregarla y complacer la obsesión del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ojalá que con la misma metralla de descalificaciones que ha hecho en contra de ministros de la Suprema Corte, de magistrados federales y de jueces federales, también lo hiciera con las organizaciones criminales, o que con ése ímpetu se atendiera el desabasto de medicinas.
Una probable muestra de lo que sigue con la reforma judicial, el impacto que iremos teniendo en el país, fue lo sucedido precisamente en la Cámara de Diputados, el Senado de la República y en las Cámaras de Diputados de los estados que la aprobaron: si la orden era que saliera sí o sí y en un brevísimo tiempo, así sucedió.
Pues ahora imaginemos las consecuencias que tendremos cuando algún ciudadano tenga que litigar en contra de resoluciones del gobierno.
Al designar a ministros, magistrados federales y jueces federales mediante votación pública, el país tendrá a ministros, magistrados y jueces simpatizantes del propio gobierno, de los partidos en el poder: MORENA, PT y Verde.
Es decir, ya no serán jueces imparciales, sino juez y parte.
El presidente probablemente no se pensó así hace casi seis años que inicio su mandato, sino que fue sintiéndose irreemplazable –un síndrome de muchos políticos, creer que son únicos- cuando se dio cuenta que muchas de sus mentiras eran creídas al pie de la letra por la mayoría.
Y se lanzó a atropellar lo que se le puso enfrente.
Ya tiene bien vigilada con sus funcionarios a la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo. Y es probable que en un futuro lo veamos recorriendo el país acompañado de uno de sus hijos, sí, probable aspirante a presidente de la República en el 2030.
El poder que se le da a López Obrador no lo ha tenido ningún presidente en muchos años.
El tiempo nos irá recordando el reclamo de los trabajadores del Poder Judicial Federal y si fue preciso al advertir el nacimiento de una dictadura.
(Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)
Se incuba en México una época de concentración del poder
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