Sidebar

19
Sáb, Oct

El discurso del presidente que no debió ser

Noticias
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

* ¿Dónde quedó la orientación de las autoridades de Protección Civil que insisten a los ciudadanos a no ubicarse debajo de los árboles durante la lluvia, y menos cuando traen rayos?

* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)

 

Unos minutos después de las 12:03 del mediodía en que la próxima presidenta de México Claudia Sheinbaum inició su intervención en la Ciudad de las Artes Indígenas, en la esquina de las avenidas México y Victoria en Tepic, el evento al aire libre debió terminar, aunque no fuera escuchado el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La razón de lo anterior estaba en el cielo, que de tener un sol a toda luz pasó a nublarse, con nubes gordas y negras avisando que se acercaba una tormenta, pero sobre todo por el bramido que presagia que también habrá rayos.

Se hubiera visto bien el presidente ante esos miles que lo esperaron varias horas, pidiéndoles que se fueran a sus casas por la seguridad de todos.

Pero no sólo continuó el evento, sino que López Obrador –que prometió regresar a Nayarit para finales de septiembre e inaugurar importantes tramos carreteros-, en la parte final de su discurso leyó el poema En Paz, del nayarita Amado Nervo, y en eso se escuchó el estruendo de un rayo cayendo no muy lejos, a lo que el presidente añadió que también a la naturaleza le dedicaba su intervención.

¿Dónde quedó la orientación de las autoridades de Protección Civil que insisten a los ciudadanos a no ubicarse debajo de los árboles durante la lluvia, y menos cuando traen rayos?

¡Dónde!

Y es que precisamente el evento se efectuó a unos metros de grandes árboles, rozando el río Mololoa, aunque se colocaron algunas lonas y toldos pero no todos alcanzaron sombra, sino que muchos asistentes aguantaron el sol.  

Incluido el presidente, Sheinbaum y el gobernador Miguel Ángel Navarro, 11 personas hicieron uso de la palabra durante aproximadamente dos horas en un evento que no sólo se refirió a la Ciudad de las Artes Indígenas, sino a carreteras, hospitales, puertos, canales de riego, seguridad.

Quizás lo anterior habría sido el motivo por el que la presidenta municipal de Tepic Geraldine Ponce no estuvo en el presídium, aunque, por otra parte, se trataba de la anfitriona y quien se ha presentado como la gestora de esta obra central.

Pero no sólo eso, sino que tampoco fue mencionada por su nombre, aunque Claudia sí hizo alusión a ella con un “aquí está su presidenta municipal” que le ha propuesto un libramiento ferroviario para Tepic.

- ¡Geraldine, Geraldine, Geraldine! – trataba de animar una porra.

La joven alcaldesa no arribó al lugar en la comitiva que daba compañía al presidente y a su sucesora, como sí lo hizo Navarro, sino por un acceso para todo público, abrazando a su pequeña hija y, detrás, el jefe de Gabinete Alejandro Galván.

Lo que pareció de mal gusto es que no haya estado allá arriba un representante de los pueblos indígenas, no pocos de los cuales incluso terminaron detrás de una valla metálica.  

Muchos de los asistentes traían puestas camisetas con frases de agradecimiento al presidente y de bienvenida a la virtual presidenta que, expresó, continuará con los principios y legado de López Obrador y con el llamado “Plan C” que incluye una serie de reformas. Adelantó que en su gobierno será construida una carretera de Las Varas a San Blas.

Más o menos por ahí andaba la intervención de la que será la primera presidenta de México cuando parecía inminente que llovería, como así ocurrió en muchas partes de Tepic.

Pero la concentración no se detuvo. La caída de ése rayo unos minutos después confirmó que aquello debía parar sí o sí, aunque no se hubiera escuchado la voz del presidente hablando de la época de La Conquista, del Virreinato, de la Nueva España, de la Independencia que encabezaron Hidalgo y Morelos, de Santa Anna y Porfirio Díaz, de la “democracia de fachada” que imperó durante muchos años en el país, según dijo.

Aunque el presidente insistió que el pueblo ha despertado, que ya no se deja manejar, la caída de ese rayo evidenció a la inmensa mayoría quedándose en sus lugares, aunque el peligro fuera evidente.

(Indígenas detrás de la valla. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)

X

Right Click

No right click