El voto para que ninguna fuerza imponga su visión única

* Aunque el mayor cargo en la elección de junio es la Presidencia de México, en esta etapa cobra relevancia la próxima conformación de la Cámara de Diputados y el Senado de la República.

* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)

 

Como sucedió durante muchos años con el dominio del PRI, en esa época el país necesitaba un equilibrio de fuerzas políticas, especialmente en la Cámara de Diputados y el Senado de la República que contuviera el avasallamiento dictado por el presidente en turno.

Y justo ahora, con un presidente como Andrés Manuel López Obrador que ha pretendido concentrar prácticamente todo en él como si fuera dueño para hacer y deshacer, se repite aquella necesidad de que ninguna de las dos cámaras sea dominada por un solo grupo político.

A cinco meses de la elección en que se votará por la Presidencia de México, diversas gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y locales, presidencias municipales, regidurías, al país le urge que no haya un dominio legislativo, del partido o alianza que sea, sino que se tengan contrapesos.

Pareciera que lo más importante no es si Claudia Sheinbaum (MORENA, PT, Partido Verde) o Xóchitl Gálvez (PAN, PRI, PRD) son la próxima presidenta de México, sino que ninguna de ellas tenga respaldo de una abrumadora mayoría de legisladores en ambas cámaras. Que no haya un dominio que provoque la imposición, sino un equilibrio que les obligue a alcanzar acuerdos.

Aunque ya en el último año de su mandato, López Obrador ha insistido, por ejemplo, en la idea de que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los magistrados y jueces de Distrito sean elegidos por voto directo de la población, una situación peligrosa, no sólo por el riesgo de que los futuros juzgadores federales lleguen a esos cargos por el hecho de tener arrastre popular o ser favorecidos por el gobierno en turno, y no por sus capacidades, sino también por la poderosa influencia de la delincuencia organizada en muchas partes del país, lo que abriría la posibilidad para que desde esos grupos criminales se les posicione en el Poder Judicial Federal.

Pese a que el mayor cargo en la elección de junio es la Presidencia de México, en esta etapa cobra relevancia la próxima conformación de la Cámara de Diputados y el Senado de la República. Ahí es crucial el equilibrio.

Bien vale la pena emitir un voto razonado para que México continúe viviendo con contrapesos entre los poderes y no haya una sola fuerza que imponga su visión única.