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Jue, Nov

Inicia juicio que reconstruye el asesinato de la maestra Eréndira Mireya

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* Atribuyen que Julio César “N”, con quien la maestra tuvo una relación un tiempo, la agredió en extremo el 27 de agosto del 2021; la defensa estima que feminicidio no será probado y deberá ser absuelto.

* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)

 

Este lunes 21 inició el juicio oral del que ha sido uno de los sucesos de violencia que más impacto ha tenido en los últimos años: el asesinato de la maestra Eréndira Mireya, de 46 años, suscitado el 27 de agosto del 2021 en su casa del fraccionamiento Villas del Roble en Tepic.

Aunque el año pasado todavía se ventiló la posibilidad de que el imputado Julio César “N” aceptara un procedimiento abreviado -lo que significaría reconocer el delito y negociar su condena-, finalmente no sucedió, por lo que las partes en el juicio se presentaron ante un Tribunal de Enjuiciamiento integrado por dos jueces hombres y una jueza.

En julio del 2022, una nota de este reportero precisó que la Fiscalía General del Estado (FGE) ha solicitado una condena de 60 años de prisión.

En la parte inicial de la audiencia, el juez presidente efectuó un resumen del caso planteado, citando que Eréndira Mireya durante unos tres años tuvo un noviazgo con Julio César, tiempo en el cual la habría amenazado, burlado de ella, dándole maltrato psicológico, hasta que aquel 27 de agosto la golpeó físicamente en extremo, incluso introduciéndole un pedazo de tela en la boca.

Dos agentes del Ministerio Público mujeres, y dos asesoras de víctima, insistirían en la responsabilidad de Julio César, mientras que su defensa particular tiene seis integrantes, dos hombres y cuatro mujeres.

La teoría de la representación ministerial es que la maestra hizo esfuerzos por separar a Julio César de su vida, pero éste ejerció un dominio sobre ella,  acosándola personalmente y por teléfono, siguiéndola a donde iba, por lo que, cuando ella inició una amistad con otra persona que la pretendía sentimentalmente, la obsesión de Julio César desencadenó la golpiza extrema.

Según la explicación de la fiscal, el cúmulo de testigos que presentará –y que también son de la defensa-, van desde dos hijos de Eréndira Mireya que localizaron el cadáver la mañana de aquel 28 de agosto, extrañados porque no contestaba el teléfono, los primeros policías municipales que arribaron a la casa, elementos de la Agencia de Investigación Criminal de la propia Fiscalía, el trabajo de peritos en el lugar del crimen, el análisis en el cadáver, los que practicaron diligencias en vehículos de Julio César, o la meticulosa revisión de cámaras de seguridad en diferentes lugares que ubicarían la trayectoria que siguió el imputado en un vehículo en torno a la zona del hecho, entre otros.

Puesto que Julio César vivió un tiempo con la maestra, la teoría ministerial es que tenía llave de la casa y pudo ingresar fácilmente.

La acusación es por el delito de feminicidio, mismo que, según consideró la defensa particular, no podrá ser probado y el Tribunal deberá absolver a su cliente, estimando que no hay una razón de género y, en todo caso, se trataría de un homicidio.

La agencia ministerial se comprometió a citar a todos sus testigos, a lo que el juez presidente apercibió que en caso de que alguno no acuda sin causa justificada, se tendrá el testimonio por no presentado. 

De playera en rayas de colores rojo y gris, Julio César estuvo en uno de los lugares más próximos al lugar destinado a los testigos, que este lunes correspondería a los primeros policías que arribaron al lugar de los hechos y al menos uno de los hijos de la maestra.

Efectivamente, Fernando Díaz fue el primer testigo en ser presentado ante el Tribunal. Es uno de los dos policías municipales que llegaron a la casa del fraccionamiento Villas del Roble, ante el reporte de los hijos de la maestra. Recordó haber ingresado a la finca y observar a la víctima boca abajo, en un charco de sangre. Posteriormente, ante el pedido, un paramédico de la Cruz Roja confirmó la muerte.

Se estima que el juicio oral transcurra durante al menos dos semanas; posteriormente el Tribunal de Enjuiciamiento dictará sentencia.

 

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