* López Obrador es una persona que vive para él, que no habla de lo que le duele al país –esta criminalidad sin límite, estos asesinatos de niños, de mujeres…
* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)
Cuando hace semanas el presidente encabezó una marcha como respuesta a la manifestación de miles de personas en defensa de “El INE no se toca”, la primera impresión que tuve al verlo mediante transmisiones de televisión, rodeado de tanta gente, como le gusta y provoca, es que Andrés Manuel López Obrador desearía ser algo similar a un papa: personas que quieren verlo y tocarlo como si en ello estuviera el alivio a sus males.
¿Qué daño le ha hecho México a López Obrador, para que lo esté llevando cada vez más por un camino en el que sólo él quiere decidir?, ¿qué le ha hecho para tratarlo así?
Ya no se trata de su rencor por los conservadores y otros calificativos que utiliza para desacreditar a sus críticos, sino del país, dirigido por un hombre que no tiene límite en su afán de concentración de poder.
Si con la caída del PRI que se mantuvo por décadas parecía que por fin el Poder Legislativo significaría un contrapeso del Poder Ejecutivo, en los últimos días hemos visto más de lo mismo entre diputados y senadores -con algunas excepciones- con tal de acatar lo que el rey ha ordenado desde Palacio Nacional: debilitar al INE y entregárselo en bandeja.
En este espacio insistiría, si mal no recuerdo por tercera ocasión, en que los altos mandos del Ejército y de la Marina deberán tener muchísimo amor por México, por encima de una lealtad al presidente, porque López Obrador no se va detener para que MORENA repita en la Presidencia de la República en el 2024. Si ocupará amedrentar, irritar, confrontar más al país, lo hará.
Pareciera que el tiempo lo ha transformado en una persona que vive únicamente para él, que no habla de lo que le duele al país –esta criminalidad sin límite, estos asesinatos de niños, de mujeres, de madres que buscan a sus hijos desaparecidos, esta falta de medicinas-, obsesionado por alcanzar un lugar en la historia.
Por paradójico que parezca, si quien resulte candidato de la oposición consigue subir en las preferencias y competir con el abanderado oficial, como sería normal en un país democrático, provocará una mayor cerrazón del presidente y en su furia será capaz de hacer cualquier cosa.
López Obrador no es el demócrata con estatura para entregar la banda presidencial a un candidato opositor. Tendrá que ser a quién él diga, por las buenas, con el voto ciudadano y, esperemos, no por las malas.
¡Deténgase, presidente!
¿Qué le ha hecho México?
Qué le ha hecho México para tratarlo así
Typography
- Smaller Small Medium Big Bigger
- Default Helvetica Segoe Georgia Times
- Reading Mode