Sidebar

06
Lun, May

El inmenso valor de esas últimas palabras

Noticias
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

* Al cruzar el puente del río San Pedro sentí como si estuviera viendo a un río huérfano, flaco, y no al monstruo de hace pocos días.

 

A iniciativa de mi hijo Oscar Omar y gracias a la aportación de familiares y amistades, este domingo lo acompañé a la entrega de diversos productos en la zona norte del estado, lastimada por las inundaciones del huracán Pamela.

Afortunadamente, todo salió bien.

Las casetas de la autopista siguen sin cobrar a los vehículos que trasladan víveres, ni de ida ni de vuelta.

Al cruzar el puente del río San Pedro sentí como si estuviera viendo a un río huérfano, flaco, y no al monstruo de hace pocos días.

Una situación a mencionar: aunque se tenían tres destinos concretos puesto que había envíos a El Tamarindo y San Vicente, ambos del municipio de Rosamorada, y Tuxpan, resulta imposible no atender a las personas que siguen esperando apoyos. Así pues, en El Tamarindo se dejaron a varias familias una parte de los productos.

Uno de los afectados nos indicó la zona por donde ingresa el agua durante el desbordamiento del río. Dijo que cuando se dio el aviso de la inminente inundación, se puso a levantar una barda en las puertas de su casa –su esposa e hijos ya se habían ido con familiares a un barrio más alto-, luego subió a su motocicleta y apenas pudo refugiarse en casa de un hermano. Al día siguiente que regresó se dio cuenta que las bardas no habían resistido. Su casa es una de las muchas que han sido censadas para recibir apoyos del gobierno.

De ahí seguimos a San Vicente.

Pronto encontramos la calle anunciada, pero giramos hacia el norte cuando debió ser al sur. Unas cuadras adelante, una señora nos ubicó: la familia que buscábamos vivía en sentido contrario, y luego remató: “¿y nomás para ellos hay apoyo?”

Por supuesto que ahí se quedó otra parte.

Una vez encontrado el domicilio, fue recibido uno de los paquetes con destinatario fijo, más otra parte, con el compromiso de una señora de que ella lo hará llegar entre sus conocidos más necesitados.

Nos contó que si bien se han tirado muchas cosas que quedaron inservibles, el lodo que sigue viéndose en las calles ha sido sacado más recientemente de las casas. En su patio y en la calle echaron cal.

Antes de cruzar el puente entre San Vicente y Tuxpan, Oscar se detuvo para entregar algo más a un hombre en situación vulnerable.

Finalmente en Tuxpan, en el barrio Cantarranas, se dejó la última porción en una casa. Nos dio gusto ver que diversas personas se acercaron para recibir algún apoyo.

Hasta ahí llegaron los jóvenes Diana Ortiz y su esposo Saúl Herrera por una situación muy particular: no sólo recibieron algunos artículos, sino que son padres de la niña Kaylee Saydi, de cuatro años, que en la inundación perdió varios de sus juguetes. Pero Nadia Uribe, maestra universitaria y amiga de Diana, le envió un mono de peluche: nada menos que Olaf, el de la película Frozen.

Ya instalados en la camioneta de Oscar para regresar a Tepic, desde la puerta de esa última casa nos detuvo una señora para expresar su agradecimiento de una manera muy particular. Reflexionaba que las gracias las da el que recibe, pero también, añadió, es una forma de darse así mismo algo grande, refiriéndose a quienes participaron en estas donaciones.

El viaje cumplió su cometido, pero esas últimas palabras, sinceras y espontáneas, tienen un inmenso valor, que han motivado estas líneas.

(En la foto, Olaf en manos de Diana)

* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit.

 

 

 

 

X

Right Click

No right click