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Mié, May

Maritza Espericueta, Premio Estatal de Enfermería: “tú puedes llegar hasta donde quieras”

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* “Tú puedes desarrollarte de manera independiente y nadie te va limitar porque eres enfermera. Que la profesión no te limite.”

 

“La enfermería, aparte de ser una carrera muy bonita, además de que te da muchas satisfacciones, puedes llegar profesionalmente hasta donde tú quieras. La enfermería te permite hacer muchas cosas de manera independiente como disciplina. Hay quienes tienen la idea de que la enfermera depende del médico, pero no, lo que se hace es trabajo colaborativo, en equipo, porque no todo depende de otro profesional. Entonces tú como enfermera puedes llegar a hacer trabajo independiente hasta donde quieras.”

Las palabras son pronunciadas por Maritza Espericueta Medina, maestra de muchas generaciones en la Unidad Académica de Enfermería de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), y también enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien el reciente 12 de mayo recibió el Premio Estatal de Enfermería.

Actualmente es directora de Programas Educativos de la Secretaría Académica –antes Docencia- de la UAN.

Este viernes en su oficina universitaria, Espericueta Medina explica que el apunte inicialmente mencionado es algo de lo que habla con sus estudiantes para animarlos a que sigan preparándose.

Insiste:

“Tú puedes desarrollarte de manera independiente y nadie te va limitar porque eres enfermera. Que la profesión no te limite, pero claro, cada quien en su ámbito de intervención.”

 

En 1988, Maritza Espericueta se inscribió en la escuela de Enfermería y cuatro años después egresó en la que sería la primera generación de licenciatura.

Para septiembre de 1994 empezó a trabajar en Enfermería dando clases de computación, que era como una materia complementaria. Pero pronto se le asignaron otras materias.

Su gusto por la enseñanza cobró mayor forma y decidió fortalecerlo ingresando a la carrera de Ciencias de la Educación, a cuya escuela en Xalisco acudía viernes y sábado, entre 1995 y 1999:

“Me gusta mucho la docencia y pensé que si me iba a dedicar a esto entonces tenía que prepararme y por eso estudié Ciencias de la Educación. Al mismo tiempo hice la especialidad de Administración y Docencia en el área de la salud, ¡todavía estaba soltera y podía hacer todo eso!

“En el 2003 ingresé a la maestría en Ciencias de la Salud, que terminé en el 2005. Mi formación ha sido en la Universidad. Todo este tiempo me desempeñé como profesora.”

Para el año 2005, la maestra Maritza se hizo cargo de la coordinación del programa de licenciatura de Enfermería y dos años después se logró la acreditación. Ahí estuvo hasta el 2011, año en que fue nombrada directora de Enfermería, cuyo cargo concluyó en el 2016:

“Durante ese tiempo, sobre todo a partir del 2005 estuvimos trabajando fuerte para la acreditación del programa. La acreditación de la licenciatura de Enfermería es, por llamarlo de alguna manera, como el título de un programa de calidad, en donde se tienen que cumplir estándares nacionales en cuanto a la preparación de los profesionales en enfermería.

“La acreditación se renueva cada cinco años, pero si se baja el ritmo se puede perder. Por eso hay que seguir trabajando, hay que subirlo porque cada cinco años las exigencias son más grandes. En el 2007 estuve coordinando ese proceso. En el 2012 tuvimos la renovación ahora como directora, y en el 2017 la mantuvimos, desde la dirección del programa.”

Espericueta Medina no se ha apartado de la enseñanza: imparte bioética y administración:

“Cuando estás en la escuela, y esto lo comento con los estudiantes, tú llevas de referencia los libros, la bibliografía, los puedes leer, analizar, te los puedes aprender de memoria, pero cuando llegas allá –a un hospital- es otra cosa, ¿por qué es otra cosa?, porque el organismo por naturaleza reacciona diferente en una persona y otra aunque el estímulo y la condición sea la misma. Esa es la parte que hace el que tiene la experiencia en el ámbito laboral. Si nada más estás en el aula no lo puedes vivir, no lo comprendes.”

 

Con ese historial a cuestas, la directora de Enfermería María Magdalena Sandoval Jiménez la propuso para recibir el Premio Estatal, que se rige por una convocatoria y en la que participan instituciones de educación y de salud, del ámbito público y privado.

Cuenta la maestra Maritza que tuvo que centrarse en su trabajo universitario, en la escuela de Enfermería porque ahí surgió la propuesta, por lo que no pudo incluir su trayectoria como enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Hospital General de Zona 1.

En el año 2000 ingresó al IMSS, donde trabaja en horario nocturno tres veces por semana. Forma parte del equipo del área de hemodiálisis:

“Trabajamos con pacientes con insuficiencia renal crónica. Aparte de dar ese cuidado, capacitamos a más personal. Somos seis enfermeras en el servicio y un médico y atendemos en promedio 51 pacientes por jornada, de 8:30 de la noche a 8:10 de la mañana. El paciente empieza su proceso alrededor de las 7:30 de la noche y nosotros lo recibimos; desconectamos más o menos como a las 10:30 y a las 12 de la noche entra otro turno de pacientes, que sale como 3 ó 3:30 de la mañana, y en lo que damos tratamiento a las máquinas y demás, a las seis de la mañana entra el tercer turno de pacientes.”

Dice que inicialmente batalló para encontrar sus horas de sueño, pero se acostumbró a ese ritmo.

Espericueta narra algo que también comparte con sus estudiantes: el saber cuidarse por la empatía natural que puede surgir con los pacientes:

“El paciente generalmente está programado para ir tres días a la semana. Yo casi siempre tengo los mismos pacientes, habrá uno o dos que varían, entonces esa parte hace que te identifiques y que en un momento dado conozcas al paciente. Surgen emociones, el paciente tiene dudas y llega a platicarte su sentir. Claro que siempre hay que cuidarse, porque hay un límite. Esa parte la cuidamos mucho y lo comento con mis estudiantes, de no hacer personal la relación porque entonces vas a llorar cada que el paciente se ponga mal. Y no tienes un paciente, tienes muchos. Entonces, no. “Debe haber una barrera en donde entiendas al paciente y al mismo tiempo te protejas porque tienes que dar ese alivio, transmitir esa confianza, pero al mismo tiempo tienes que estar bien tú, porque si no lo estás, cómo vas a hacer que el otro tenga bienestar. Se debe ser muy cuidadoso en esa parte, no involucrarte personalmente.”

 

Conocida como una persona entregada a su trabajo, comenta que ella nunca esperó recibir el Premio Estatal de Enfermería, pero acepta la emoción que sintió cuando se le avisó de ello, el siete de mayo:

- ¡Comadrita, ganamos! –la sorprendió por celular la maestra María Magdalena.

Más tarde le explicó con detalle.

Al evento de premiación fue acompañada por su esposo, sus tres hijos y una de sus hermanas.

Reflexiona sobre el premio, un reconocimiento a su trayectoria:

“Hasta ahorita, yo no lo había visto así, porque como que de repente no me fijo mucho en esas cuestiones; yo hago mi trabajo porque me gusta, lo cuido y trato de hacerlo bien. En mi casa es igual, mis hijos me dicen que soy muy exigente.

“No sé si porque no me había fijado, pero no había visto cómo la demás gente percibe el premio. Me ha sorprendido que no es algo que pase desapercibido, porque mucha gente me ha felicitado. Sí, eso me ha sorprendido.”

 

La maestra Maritza es originaria de Las Pilas, municipio de Rosamorada.

Estudió el bachillerato en la Preparatoria 5, en Tuxpan, donde vivió con sus abuelos, y de ahí llegó a Tepic para estudiar Enfermería.

¡Felicidades!

(Fotos: UAN y Oscar Verdín/relatosnayarit)

 

* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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