* En su primera audiencia judicial, el líder transportista se reservó el derecho de rendir declaración; la pareja agraviada decidió estar presente.
Si al menos un centenar de taxistas arribaron al exterior del Centro Regional de Justicia Penal en apoyo de su líder Carlos Alberto Saldate Castillón, algunos 10 tuvieron acceso a la sala 5, con la advertencia, igual que el resto del público, que si alguien rompía el orden se le retiraría y, de ser necesario, se le impondría multa o arresto.
Acompañado de dos abogados particulares, Saldate, de playera roja, fue presentado a su primera audiencia ante el juez de control Osbaldo López Carvajal, de formulación de imputación dentro de la causa 1882/2019, por su probable responsabilidad en los delitos de abuso de autoridad, extorsión, tráfico de influencias, y secuestro.
De acuerdo con un agente del Ministerio Público que detalló los cargos, al ex diputado local por el PRI se le atribuye el papel de “negociador” y “coautoría material”, en complicidad con el ex fiscal General de Justicia Édgar Veytia, así como un ex comandante de la policía estatal, y en agravio de un hombre y una mujer, esposos, que asistieron a la audiencia, los cuales, cuestionados por el juez en cuanto a si deseaban permanecer en una sala diversa, decidieron quedarse.
Ayer, este reportero explicó que se trata de un caso, ya conocido por la opinión pública, en que la víctima varón describe haber conocido a Saldate a partir de la venta de un terreno, y de que éste, en la naciente amistad, supo de una casa suya en Bahía de Banderas, en el fraccionamiento Costa Coral.
Según la narración del representante de la Fiscalía General del Estado (FGE), basada en la denuncia de la pareja, el 24 de junio del 2016, momentos después de salir de un restaurante fueron interceptados por hombres armados a la altura del semáforo de avenida Insurgentes, entre Walmart y Ley Álica, en Ciudad del Valle. Eran alrededor de las cinco de la tarde.
Trasladados, en la camioneta que ocupaban, a la FGE, se les separó. Él fue torturado durante más de una hora dentro de un cuarto, mientras que ella, afuera, escuchaba gritos, la exigencia para que no se negara a lo que dijera “el patrón”. Un médico fue llamado para que lo revisara, dado que se resentía y es hipertenso.
Alrededor de las 6:30 de la tarde, el hombre fue llevado con Veytia, a la sala de juntas donde se encuentran fotografías de ex procuradores. El fiscal era acompañado por sujetos, algunos armados.
Siempre amenazante, Veytia le exigió la entrega de “la cuota”, un millón de pesos, y le dio de plazo hasta las 11 de la noche. De lo contrario, sería recluido en el área de enfermos mentales de la penal o, peor, podría ordenar su muerte.
El denunciante añadió que Veytia preguntó a un sujeto a cuántos ya habían mandado a la tumba, y se le respondió: “a más de mil”. El fiscal le soltó la advertencia: “tú puedes ser el siguiente”.
La víctima aseguró que Carlos Alberto Saldate estaba presente e, incluso, se sentó a su lado para hablarle al oído: “hermanito, dales lo que te piden, esta gente te puede hacer mucho daño, tú estás joven, yo aquí estoy para convencer a mi compadre…”
Se ordenó entonces que la señora fuera llevada a su casa para recoger la escritura de la vivienda en Bahía de Banderas. En un momento localizó a Saldate por teléfono y éste le dijo que regresaba de Sinaloa, que todo saldría bien. Más tarde su esposo le contaría que Saldate en realidad estaba en Fiscalía.
Los datos ministeriales indican que, entrada la noche, se condujo al hombre torturado a la notaría 9 –su esposa continuó en Fiscalía, como “garantía”-, a cargo de Carlos Enrique Alfaro, y ante una empleada firmó una escritura, donde se plasmó la venta de la casa en 700 mil pesos, pero en realidad no recibió un peso. Un reciente avalúo estimó su valor en un millón 542 mil pesos, aunque sin conocer su interior.
Alfaro emitió una declaración por escrito en la que negó que hubiera sucedido lo denunciado en cuanto a la notaría, asegurando que todo el personal se retira al cumplir el horario de trabajo.
Un aspecto que cobra relevancia es que, según la agencia ministerial, la pareja ubica el 24 de junio del 2016 como el día de los hechos, cuando la escritura está fechada el 16 de julio del 2013. Ello deberá esclarecerse durante la etapa de investigación complementaria.
Como ya se explicó ayer en una nota de este reportero, el 23 de agosto del 2017 la pareja emitió su testimonio en el Congreso del Estado de manera abierta, junto a otros agraviados de diversos delitos. Ahora se conoce que la casa ha sido vendida dos veces, la primera en octubre del 2017; es decir, a poco tiempo de la denuncia pública.
Según pudo advertirse, la decisión para proceder penalmente contra el líder transportista se decidió en los últimos días, agilizándose diligencias.
Por ejemplo, se anunciaron actuaciones para demostrar que la víctima firmó la escritura bajo un estado de perturbación. Según un dictamen pericial, dejó rasgos de ello. Su esposa agregó que resulta ilógico que ella no hubiera firmado la escritura, considerando que están casados por bienes mancomunados.
Aquella noche, previo a ser liberado, el hombre firmó un acta aceptando que su detención se debió a que, armado con machete, participó en un hecho de amenazas.
Un asistente de sala se retira y regresa con toallas suaves. Se las ofrece a la pareja que por momentos llora. En el público hay familiares.
Con dos policías estatales de pie, a su espalda, asesorado por sus abogados, el imputado se reservó el derecho de rendir declaración y, más adelante, solicitó que la resolución sobre vinculación a proceso se decida en fecha próxima.
Poco después de las 11 de la mañana y transcurridas más de dos horas, se anuncia un receso, reanudando a las 11:48 para dar paso a las medidas cautelares que debían imponerse. La agencia ministerial solicitó la prisión preventiva de oficio mientras transcurre el juicio, dado que así corresponde al delito de secuestro. Y en razón de ello la defensa no entró a mayor debate.
La medida cautelar podría modificarse si Saldate no es vinculado por secuestro. De lo contrario, seguirá recluido en la penal de Tepic.
La situación del imputado se torna compleja puesto que, por separado existe al menos otra carpeta de investigación con delitos similares, en la que también se le achaca complicidad con Édgar Veytia.
Concluida la audiencia y antes de abandonar la sala, la defensa solicitó permiso para que Saldate pudiera platicar unos minutos con un familiar y se le permitiera hablar por teléfono con su esposa.
* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit.
Imputan a Saldate coautoría de secuestro; “hermanito, dales lo que piden, esta gente te puede hacer daño...”
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