* Dos custodios aceptan que recibieron 30 mil pesos por fuga del ex regidor de Bahía de Banderas; se pretendió extorsionar al alcalde Jaime Cuevas con “20 de los grandes.”
Salvador Macías Valdés cambió de lugar: ya no al lado de agentes del Ministerio Público y una asesora de víctimas, sino en el extremo opuesto, junto a cuatro defensores particulares.
Y si entre una y otra silla hay escasos seis metros, la distancia es abismal: y es que este jueves le fue imputada su probable responsabilidad en los delitos de cohecho, evasión de presos, extorsión, falsedad en declaraciones, delitos cometidos contra funcionarios públicos, así como simulación de secuestro.
En resumidas cuentas, se ha anunciado, se pretendió extorsionar al presidente municipal de Bahía de Banderas, Jaime Alonso Cuevas Tello, con “20 de los grandes”, lo que correspondería a 20 millones de pesos.
Su versión de que la madrugada del 30 de junio del 2018 fue sacado por desconocidos, que le colocaron una capucha, de la prisión municipal de Bahía de Banderas, y que estuvo privado de la libertad hasta el 15 de junio reciente, no da para más. Pareciera que cuanto más hable, peor le va:
Por ejemplo, cuando una agente del Ministerio Público anunció los datos de prueba en contra del ex regidor de Bahía de Banderas, explicó que el reciente 19 de junio, cuatro días después de su aparición, fue examinado por un médico legista. Salvador mide un metro más 59 centímetros y pesó 57 kilos.
De acuerdo con el especialista, Macías tenía buena coloración en la piel, con un peso adecuado, pero además no se le encontraron lesiones en la planta de los pies, situaciones que no corresponderían a alguien que, ha declarado, estuvo prácticamente un año encerrado en un cuarto de cuatro por tres metros donde hacía sus necesidades, que comía cada dos días –generalmente atún-, y que caminó descalzo durante muchas horas tras su liberación, hasta llegar a Irapuato, Guanajuato. La agente ministerial insistió que el declarante aseguró que en aquella caminata se lastimó los pies, pero el médico no encontró rastro de ello.
De igual forma, un especialista en psicología realizó una valoración, debiendo entrevistarse con el hoy imputado. Su conclusión fue que lo narrado no coincidía con el perfil de quien ha sido víctima de secuestro.
La representación de la Fiscalía General del Estado (FGE) se refirió a un estudio que, además del médico y psicólogo, incluyó a un criminalista. Se insistió que no existe una coherencia entre lo declarado por Macías y su estado físico-emocional.
“No está desnutrido (…), no presenta estragos de estrés postraumático.”
La agencia ministerial dejó otro dato: si Salvador es hipertenso y necesita medicamento, ¿cómo fue que no lo consumió durante casi un año?
Al iniciar la audiencia de la causa penal 1795/2019 en la sala 5, han traído un vaso con agua a Salvador Macías. Sorbe en pequeñísimos tragos. Cierra los ojos y se recarga en la silla. El juez de control José Manuel González Zepeda le pregunta por su estado y si necesita ser revisado por un paramédico. Le responde que entre miércoles y jueves se ha sentido mal.
Tras unos instantes, en que habla con un defensor, pide que la audiencia continúe.
Más adelante bebe un segundo vaso de agua.
Si desde el año pasado varios elementos de seguridad están vinculados a proceso por el presente caso, donde Salvador aparece como víctima, la versión ministerial de dos de ellos le pega fuerte: se trata de los custodios Jonathan “N” “N” y Luis “N” “N”. Aquella noche, ambos estuvieron de guardia y han aceptado que recibieron 30 mil pesos para facilitar la fuga de Macías. Había sido detenido la tarde previa, luego de que habría tocado de manera indebida a una joven.
Salvador convenció a Luis de que lo apoyara, y éste hizo lo propio con Jonathan. Creían que estaba en prisión por una falta administrativa y que no tendrían mayor problema.
De acuerdo con sus manifestaciones, aproximadamente a las 3:30 de la madrugada, un vehículo se detuvo afuera de la prisión municipal. Luis abrió un portón. En una camioneta blanca, cerrada, estaban dos hombres, uno de los cuales le entregó un sobre con dinero. Entonces Jonathan abrió la reja para que Salvador se fuera. Este último creía tan fácil el asunto que, dijo, separó mil pesos del sobre para pagar la multa.
Ahora están recluidos en la penal de Tepic.
Durante la mañana del miércoles, Salvador Macías llegaba al Centro Regional de Justicia Penal, en su calidad de víctima, cuando policías estatales ejecutaron una orden de aprehensión en su contra.
Según el cúmulo de datos ministeriales, el 12 de diciembre del 2018, el presidente municipal Jaime Alonso Cuevas Tello recibió en su casa al señor Álvaro Macías y a su esposa, padres del entonces desaparecido. La conversación fue grabada y forma parte de las evidencias en la citada causa penal.
Álvaro Macías –dijo la agente del Ministerio Público- pidió cinco millones de pesos a Cuevas, justificando que era el monto exigido por quienes tenían a su hijo.
Cuando se le preguntó cómo hablaba con los sujetos, respondió que una persona le hacía llegar un celular del tipo “cacahuatito” que después debía destruir; aseguró que una vez habló con su hijo, convencido de que era él puesto que le mencionó aspectos sólo conocidos en familia.
Cuevas Tello también recibió mensajes vía whatsapp en los que se le pretendía culpar de la situación de Salvador. Le exigían “20 de los grandes” o de lo contrario saldrían a la luz pública videos comprometedores. También le enviaron un video donde aparecería Salvador en un lugar selvático, así como dos sujetos que lo encañonaban con una pistola y un arma larga.
El presidente municipal, que en esta causa penal es víctima, no asistió a la audiencia de formulación de imputación, y de solicitud de vinculación a proceso.
La ampliación de la audiencia, en que se decidirá el auto de vinculación, será la próxima semana.
En la parte final se debatieron las medidas cautelares que debían fijarse al imputado, resolviéndose el de prisión preventiva justificada, entre otras razones por el riesgo de que Salvador se sustraiga de la justicia y por el peligro de obstaculización de la investigación, y es que resulta obvio que en los hechos participaron más personas, tan sólo quienes pagaron los 30 mil pesos por la fuga.
Salvador Macías clamó en la audiencia por su libertad, con el compromiso de que no se evadiría de la justicia; sin embargo, permanecerá en prisión mientras transcurre el juicio.
Luis, uno de los custodios que, ha declarado, lo ayudó a escapar, pronunció una frase que ahora resulta irónica. Cuando Salvador caminaba hacia la salida de la cárcel, le dijo, agradecido: “¡si hay algún problema, yo los voy apoyar!”
Sí, el problema se les vino encima. A todos.
* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit.
Salvador Macías, de víctima a tenebroso imputado; estará preso lo que dure juicio
Typography
- Smaller Small Medium Big Bigger
- Default Helvetica Segoe Georgia Times
- Reading Mode