* “Tenemos que seguir trabajando para tener más producción encaminada no sólo a lo local, porque también necesitamos otra proyección, abrir nuestro panorama”, abunda la maestra universitaria.
“Cuando uno inicia un proyecto, que en este caso es darle vida a un sello editorial universitario, me doy cuenta que nos falta mucho; es decir, tenemos mucho avanzado de cómo llegamos, pero aún nos falta. Estamos trabajando en colecciones, en hacer como un concepto más claro de lo que es una editorial universitaria. Hemos avanzado en ese camino.”
Las palabras las emite Magaly Sánchez Medina, directora editorial en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), cuyo sello lleva el nombre del poeta Alí Chumacero:
“Digamos que el sello editorial fue la culminación de un proceso, pero también fue el inicio de otro proceso. Seguimos trabajando en la publicación de libros, tenemos las normas editoriales, estamos consolidando la editorial, pero yo estoy consciente que aún nos falta mucho. Tenemos que seguir trabajando para tener más producción encaminada no sólo a lo local, porque también necesitamos otra proyección, abrir nuestro panorama.”
A 16 meses del inicio del sello editorial, abunda:
“La producción que ahorita tenemos en la editorial está muy vinculada a Nayarit, a movimientos sociales, a muchas cosas que tienen que ver con el estado y yo creo que es muy valiosa e importante; una universidad estatal tiene que recuperar el conocimiento que se está generando acerca del estado, pero no sólo eso, tenemos que mirar hacia otros lados. Es decir, también se produce conocimiento fuera de lo local de nuestros universitarios. Tenemos que abrir esos espacios y que nuestra producción editorial lo refleje, esas investigaciones y conocimientos que la universidad está generando y que ahorita no los hemos puesto en la mesa para el público.”
- ¿A qué lo atribuye?
- Creo que tiene que ver con la lógica de publicación universitaria que ha sido volcada hacia lo nuestro, pero también hay que voltear a ver a otros espacios, y eso habla también de la madurez de la propia editorial. Si revisamos las publicaciones de otras universidades que tienen más trayectoria, más camino andado y que no son tan jóvenes como la nuestra, nos damos cuenta que, efectivamente, inician con producción editorial muy vinculada a lo local y después empiezan a incursionar en otros espacios. Nosotros iniciamos igual.
- ¿Depende de los autores?
- Claro, por supuesto, depende de los autores, pero también depende de nosotros; es decir, las editoriales tienen que marcar líneas de producción, una política editorial. Es de ida y vuelta. Desde la editorial no podemos imponer a los autores que escriban sobre una cosa o de otra, pero sí podemos proponer líneas editoriales; es decir, vamos abriendo una colección sobre esto y si alguien quiere escribir, pues adelante, no vamos a obligar a nadie, pero sí vamos abrir esa posibilidad para generar otra dinámica editorial.
“Es cuestión de tiempos, de vínculos. Lo que sigue es que todo este trabajo que hemos estado haciendo internamente, ya darle más presencia en la universidad. Era importante poner orden dentro de la casa para poder decirle a los universitarios todo lo que tenemos, pero ya ordenado. Antes no podíamos,
ahorita las normas editoriales son cada vez más consistentes, las hemos venido trabajando y a la hora de ponerlas en un libro nos damos cuenta si es viable, o si esto no nos gusta tanto, o si esto le cuesta trabajo al autor.”
Entrevistada la tarde del viernes seis, la maestra universitaria añade:
“Si no hay normas editoriales, cada libro es lo que se nos ocurra en ese momento. Con las normas editoriales se traza un camino, por supuesto que cada libro es una obra en sí misma, con características propias, y las normas editoriales en ese sentido se pueden mover, pero hay un marco referencial básico.”
- ¿Hay resistencia de los autores?
- No, no, no. Todos los autores entienden la importancia de las normas editoriales y hacen todo lo necesario para que el libro cumpla con ellas, no es un asunto de que nosotros queramos imponer algo. La lógica de todo el trabajo editorial es coadyuvar a que el libro salga lo mejor posible, nunca es un choque con el autor, al contrario, mi sensación es que el autor así lo vive, no como una imposición o un bloqueo, sino en un trabajo de que el libro salga lo mejor posible.
“Hemos estado haciendo cosas interesantes, publicando otros libros. Fuimos a la Feria Internacional del Libro de los Universitarios que organiza la UNAM y es importante que nuestros libros empiezan a tener presencia en otros espacios. Uno de los principales problemas de las editoriales universitarias, de todas, es el asunto de la distribución, ¿en dónde ponemos nuestros libros?, ¿quién los va leer?
- Es una ironía, que pega, porque a este lugar vienen miles todos los días y muchos no compran libros.
- Tenemos que preguntarnos por qué los libros universitarios se venden poco. No es un problema exclusivo de nosotros, sino de todas las editoriales universitarias, incluso de universidades muy grandes.
“Una de las soluciones son las coediciones, porque nos dan la posibilidad de que editoriales comerciales con una red de distribución más amplia puedan contribuir con esa parte. La distribución es muy cara, estamos hablando de un 40 a 50 por ciento del costo del libro.”
- ¿Entonces qué gana el autor?
- ¿Qué gana el autor?, ¿qué gana la universidad?, es un asunto que así es. Yo lo he estado explorando y en librerías locales es más barato, pero en una red de distribución grande, mínimo el 40 por ciento.
“Otra cosa es no solamente tener los libros, sino decirle a todo el mundo que los tenemos. Estamos trabajando en una página para la editorial. Y además el asunto de comprar y leer libros pasa por otro tema complicado: lo que tiene que ver con la formación de lectores. El tener el libro no significa que se vaya a leer. Y ahí competimos con todos: el cine, las series. Es una competencia muy difícil, pero aquí estamos. Lo que da mucha satisfacción son los autores, cuando están contentos con su libro.
Tenemos mucha chamba pendiente, pero yo siento que vamos bien. Vamos caminando.”
(Magaly Sánchez en su oficina. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)
* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit.
Producción editorial en UAN debe crecer, “tenemos que mirar a otros lados”: Magaly Sánchez
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