Una mirada de quien vive en el terror

* Las autoridades reaccionaron cuando tuvieron reportes del riesgo del bebé y su mamá. Apenas fue a tiempo.

 

Quizás menos de 50 años, un hombre moreno, con sombrero, es acompañado de dos mujeres jóvenes. El parecido es notable. Se trata de sus hijas.

En una de las muchachas, de algunos 23 años, se nota el semblante de quien no ha dormido bien en días, semanas. Hay angustia en su cara.   

Y su hermana, unos años mayor, vive con un profundo sufrimiento. Han pasado unos minutos de un encuentro circunstancial en una oficina pública, y tímidamente pregunta a sus familiares, refiriéndose a este reportero:

- ¿Por qué se está riendo?

Su miedo es a quien esté cerca de ella.

Una y otra explicación no la convencen. Su estado es de desconfianza total. Se le explica que está por iniciar un tratamiento profesional que la ayudará mucho, pero es un hecho que no entiende de qué se trata, como si estuviera regresando de otro mundo.

La animan diciéndole que periódicamente podrá ver a su bebé, que está bajo el cuidado de sus abuelos, y entonces dibuja una breve sonrisa, aunque pareciera que reír le está prohibido.

La abrazan.

Sí, necesita muchos abrazos.

- ¿Por qué se está riendo? – vuelve a preguntar, con miedo.

Hay un saludo de manos con su papá, su hermana y con ella. Le dicen:

- ¿Ya ves?, nada más te está saludando.

Y se van.

¿Qué historia hay en esta joven para sufrir así?, posiblemente sólo ella lo sabe. Hablarlo se le dificulta.  

Por lo pronto se conoce que su ex pareja está vinculado a proceso y en prisión preventiva por violencia familiar, aunque se indagan otros delitos, extremos, de los que habría sido víctima.

Las autoridades reaccionaron cuando tuvieron reportes del riesgo del bebé y su mamá. Apenas fue a tiempo.

En la muchacha hay una mirada que no parece mirada. Vive en el terror.

Su dramático caso, y de muchas otras personas, son las historias que deberían motivar la inyección de mayores recursos en las instituciones que trabajan en la atención de familias que padecen violencia de sus cercanos. Esa arraigada violencia que en ocasiones termina en la muerte.