* Espero equivocarme, pero la explosión en Hidalgo podría repetirse en otros lugares.
Cuando en el 2006 Felipe Calderón Hinojosa asumió la Presidencia de México, una de las primeras decisiones anunciadas fue el combate a la delincuencia organizada, pero lejos de disminuir la violencia, aumentó en muchos estados del país, Nayarit uno de ellos.
Se cuestionó entonces la estrategia, con el personal militar en las calles. Los narcos respondieron sin dar tregua, mostrándose sin piedad, rompiendo reglas, y empezaron a matar por igual a rivales y a sus familias. A inocentes.
12 años después, el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su gobierno teniendo como estandarte la honestidad y con el combate al robo de combustible. Y si bien debería ser unánime el respaldo, ahora como entonces resulta cuestionable la estrategia, por la falta de gasolina y gas que se vive en diversas regiones.
Con una coincidencia trágica, la semana pasada explotó un ducto de gasolina en Hidalgo que ha dejado casi un centenar de muertos. Eran personas que recogían combustible y que, a sabiendas de ello, arriesgaban su vida.
Espero equivocarme, pero el terrible suceso ya mostró un camino para la delincuencia organizada, que no se doblegará a la primera y, por el contrario, en el afán de replegar los operativos federales estaría dispuesta a generar siniestros como el ocurrido.
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Con dos semanas marcando a distintas horas a los teléfonos de gaseras en Tepic, una de estas tardes convencí a un distribuidor de tanque estacionario, aprovechando que surtió en un domicilio cercano.
Unos minutos bastaron para que otras personas del barrio o que circulaban en vehículos también requirieran el servicio. La versión de muchos es llevar varias semanas sin gas.
En opinión del trabajador encargado de la pipa, si el suministro se normaliza en Tepic, podría transcurrir quizás un mes para cumplir con la totalidad de la demanda que se tiene. Es la razón por la que lo teléfonos no son contestados.
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Notoria la falta de gasolina en muchas estaciones, las que aún tienen se han visto saturadas de conductores que hacen largas filas en vehículos, incluso exponiéndose a provocar accidentes.
Por ejemplo, este miércoles en la estación del cruce de las avenidas Tecnológico y Aguamilpa, los conductores de plano invadían dos de los tres carriles, sin que se presentara algún agente de tránsito.
En ocasiones, camiones grandes que transportan caña debían detenerse para esperar mayor espacio y seguir la marcha.
El tiempo dirá si ésta estrategia funcionó.
(En la esquina de Tecnológico y Aguamilpa. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)
Un breve apunte: gas y gasolina
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