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Vie, May

Palabras del vicario Meda Lomelí: “hay seguridad pero...pero no. ¡Sí pero no!"

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* Habla respecto a la muerte de Jazmín Martínez y Manuel Alejandro Ramírez, a quien conoció: “una manera absurda de morir en manos de una mafia que ya nos tiene hasta el gorro”. 

 

Sentimientos de coraje y desesperación pasaron por el vicario general de la Diócesis de Tepic, José de Jesús Meda Lomelí, cuando se enteró del asesinato de la ex reportera Jazmín Martínez Sánchez y su esposo el ingeniero civil Manuel Alejandro Ramírez Topete. “¿Cómo es posible?”, se preguntó.  

Meda Lomelí cuenta que hace unos años conoció a Manuel Alejandro y varias veces platicó con él porque ayudaba a un arquitecto en algunas obras realizadas en inmuebles religiosos. El joven terminaba sus estudios profesionales y le pareció amable, limpio en su vida.

Estas son las palabras del padre Meda Lomelí: 

“Era un muchacho estudioso, integrado a su familia, deseoso de superarse. Entonces para uno, ver que de una manera absurda los asesinaron, vuelvo a sentir lo mismo que en lo de Iguala, el caso de los 43 jóvenes –desaparecidos- en su plena madurez juvenil. Este era un matrimonio joven, positivo, con porvenir, asesinados brutalmente nomás por nada. 

“Uno vuelve a sentir diciendo: hay seguridad pero…pero no. ¡Sí pero no! con estos casos de que en el crucero de un pueblo se detienen y se te pueden aparecer (delincuentes)”.

- ¿Qué le vino a la mente cuando supo que las víctimas eran Manuel Alejandro y su esposa?.

- Coraje, desesperación. ¿Cómo es posible?. Ellos estaban ahí por un accidente, ocupaban ayuda. Una manera absurda de morir en manos de una mafia que ya nos tiene hasta el gorro. 

Meda Lomelí indica que ha tenido conocimiento de casos de delincuencia que ya no son abordados por medios de comunicación locales, por lo cual, dice, han perdido credibilidad en mucha gente. “Ahora los medios están callados”. 

Y ello lo sabe porque hay quienes se acercan a ofrecer una misa por un familiar desaparecido, o casos de secuestros que no trascienden, dice.

Cuestionado en su oficina de la Diócesis de Tepic mientras leía una nota de este reportero sobre el caso, el vicario ofrece unas palabras a las familias de las víctimas:

“Solamente desde la fe podemos descubrir cómo encontrar la vida más allá del dolor y de la muerte; una manera como Cristo nos habló del dolor fue cuando nos dice que así como la mujer en cinta se acongoja ante el dolor del parto, pero una vez pasado se alegra por la vida que ha venido. En Cristo, es el gran mensaje de su dolor en la cruz. Él asumió el dolor de sus enemigos que le quitaban la vida, pero sabiendo que ese dolor en manos de su padre Dios le traería resurrección. 

“El pecado, el odio, no tienen la última palabra; dicho más de cerca, este matrimonio joven tan absurdamente asesinados, si ponemos el dolor de su familia, de sus mamás, en manos de Dios, es porque sabemos que Dios como padre les dio el mejor momento para encontrarse con él. Su vida se alarga en Dios para la eternidad. Humanamente son unas vidas frustradas absurdamente. Y para los que nos quedamos, que nuestro dolor sea una esperanza de vida en Dios”.

(El padre Meda Lomelí. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)

 

 

 

 

 

 

 

 

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