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Paco Ocampo: “difícil vivir del periodismo libre; se muere de hambre"

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* Dos meses y medio antes de morir, el comunicador alertó a las nuevas generaciones que terminen una carrera y combinen el trabajo de reportero con otro que les de estabilidad económica.

 

(Aviso: a mediados de marzo, este reportero visitó en su domicilio a Paco Ocampo. De la plática salió la siguiente nota, que transcribo como fue escrita entonces. A principios de mayo, en breve saludo, Ocampo agradeció esa información. Como es conocido, murió el viernes 31. Sus palabras quedan como una alerta)

Francisco Javier Ocampo Mondragón tenía 18 años cuando, recién casado, buscó trabajo en el periódico El Tiempo de Nayarit. Años antes había ganado en secundaria un concurso de ortografía y pretendía que lo contrataran como corrector de notas, pero consiguió algo mejor: empleo como reportero de nota roja.

En El Tiempo de Nayarit conoció al que considera el mejor de sus maestros: Rogelio Zúñiga.

Así inició la carrera periodística de Paco Ocampo, que lo mismo ha sido en periódicos, radio y televisión.

Aquejado en los últimos tiempos por una enfermedad, su mente se mantiene lúcida. 

A las nuevas generaciones de reporteros les dicta una sentencia: “que terminen su carrera, que se preparen…y que se metan a la burocracia o se van a morir de hambre. Que combinen el oficio y también trabajen en el gobierno, en el municipio, en las instituciones, es cierto que ellos mismos se van a echar la soga al cuello, pero está muy complicado el oficio, muy difícil vivir del periodismo libre”.

Explica que él mismo está agradecido con el gobierno estatal –tanto de la pasada administración como la actual- por el apoyo durante el tratamiento de su enfermedad.

“NOS FALTA EXIGIR”

Varias veces ganador del Premio Estatal de Periodismo, Ocampo Mondragón apunta su visión del oficio de reportero: “sirves mucho al pueblo, comunicas sus demandas y necesidades, las injusticias que padece y que a los gobiernos no les gusta que se informe, pero nos falta reaccionar, exigir”. 

Ejemplifica que aunque el de un periodista es el salario mínimo profesional más alto, la realidad es otra, con percepciones bajas. 

Hasta hace unos años, Ocampo trabajó en radio  durante 17 años y obtuvo una raquítica indemnización, según cuenta. Unos meses después empezó a estar enfermo.

Precisamente en un noticiero de radio acuñó la frase “¡vale pues!”, cuando concluía la transmisión. Explica que esa frase “era como decir ‘es cierto, tengo las pruebas’…¡vale pues!”.

Paco Ocampo es seguidor de Los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “de corazón, de toda la vida”.

Un dato poco conocido es que es abogado por la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), generación 1975-1980, aunque indica que no ejerció la carrera.

En las paredes de su casa en la avenida P. Sánchez, entre Victoria y Zaragoza, abundan los reconocimientos que ha recibido durante su trayectoria. “De este barrio nunca he salido”, comenta.

Casado con la señora María Guadalupe Vázquez, procrearon tres hijos: Nadia, Victoria y Pako, este último elemento de Protección Civil estatal. El nombre de su hijo Pako -“con K”- es producto de que en sus inicios de reportero así firmaba sus notas.

UN LIBRO

En la Navidad del 2010, los hijos del periodista lo sorprendieron con un libro en el que se encuentran algunos cuentos y poesías que escribió en su juventud.

En la página 36 está plasmada una copia de la edición del seis de julio de 1978 del periódico El Tiempo de Nayarit.

“JOVEN NAYARITA OBTIENE 2º LUGAR NACIONAL DE CUENTO”, señala el título de la nota, que indica:

“El joven periodista Francisco Ocampo Mondragón, reportero redactor de conocido matutino, obtuvo el segundo lugar en el concurso nacional de cuento que promovió el Gobierno del Estado de Durango, y el propio presidente municipal de la capital, Durango, bajo tema libre.

“‘HUMANIDAD ASESINA’ es el nombre del cuento enviado por el joven Ocampo Mondragón, bajo el seudónimo de ‘El Korita’”…

Una de las poesías que se encuentran en el libro –se editaron pocos, para la familia- se titula “Dónde estás independencia animal”.

El último párrafo, indica:

“En fin, si hablo creo problemas

si escribo, cambio de temas

pero si callo me dicen cobarde

y si grito, me mientan la madre”…

Recostado en una cama, Ocampo Mondragón resume que cuando se enfrenta una enfermedad de riesgo, además de la operación, lo importante es ir recuperándose poco a poco. En ese proceso está. 

Se le desea pronto regreso a sus jornadas, tras 41 años de trabajo reporteril y próximo a los 60 años de edad, que cumplirá el 24 de agosto.

(En la imagen: Paco, su esposa y su hijo. Oscar Verdín/relatosnayarit)

*

(No se autoriza la transcripción o copia de las notas de relatosnayarit a otros medios de comunicación)

 

 

 

 

 

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