* Considero que muchos en este país creerán en las palabras de un presidente, se apellide Peña Nieto o cualquier otro, cuando lleven a juicio a gobernadores, a ex gobernadores, a senadores y tantos más que han saqueado los recursos públicos.
Durante muchos años he oído de pactos, acuerdos y otros nombres con los que el presidente de México en turno anuncia que finalmente el país avanzará por mejores caminos.
Hoy tocó el turno al presidente Enrique Peña Nieto, tras la muerte de unos y desaparición de otros 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, hace dos meses, y que ha llevado a tocar fondo.
Creo que muchos en el país tendrían dudas sobre las palabras de un presidente, se llame Enrique Peña Nieto o fuera cualquier otro. Y es que hoy la gente no cree en muchos de sus políticos y autoridades, y razones hay para ello puesto que no son pocos quienes se han coludido con delincuentes hasta hacerse uno solo, se han enriquecido con cinismo y sin importarles la miseria y el hambre de tantos, se han encubierto y han sentado una corrupción sin límite.
Considero que muchos en este país creerán en las palabras de un presidente, se apellide Peña Nieto o cualquier otro, cuando lleven a juicio a gobernadores, a ex gobernadores, a senadores, diputados, secretarios de despacho y muchos más que hayan saqueado los recursos públicos y se recupere lo que han robado. Y seguramente son muchos. Cuando el propio presidente aclare plenamente el asunto de la famosa Casa Blanca.
Que bien que haya penas fuertes contra secuestradores, narcotraficantes, homicidas. Pero falta que esas penas también sean contra quienes desde el poder se enriquecen y se coluden.
Mientras ello no suceda, las palabras de un presidente, sea Peña o cualquier otro, estarán en deuda. Pero si ocurre, el presidente no necesitará de más discursos.
El tiempo nos dirá en qué quedaron las palabras a la nación de un presidente en este día.