* El choque en que fallecieron Juan Francisco, Rosa Isela y la pequeña Daniela Sarahí, refleja con exactitud el dolor, la impotencia, el coraje de muchos.
Juan Francisco Ríos Corona y su esposa Rosa Isela Soria López vivían por la calle Miñón, cerca de la esquina con P. Sánchez en el centro de Tepic, y ahí mismo atendían la imprenta “Corona”.
“Eran gente de lo más lindo, amables, educados, muy cumplidos y serios en su trabajo. Eran muy apegados a su religión. Me duele mucho esto que les pasó”, así comenta una señora que la tarde de este jueves ha arribado a la funeraria San Martín, ubicada por el bulevar Colosio a unos metros de plaza Forum.
Además de la pareja también murió su pequeña hija Daniela Sarahí, de escasos dos o tres años.
UNA MEZCLA DE DOLOR
El choque de vehículos en que fallecieron Juan Francisco, Rosa Isela y la pequeña Daniela Sarahí, refleja con exactitud el dolor, la impotencia, el coraje de muchos:
Y es que fueron ellos, los agraviados, los que no provocaron el accidente, quienes murieron, mientras que el responsable, identificado como Rubén Darío Pérez Caloca, conducía bajo los efectos de bebidas embriagantes y resultó ileso.
El coraje es mayor e incluye no sólo a Pérez Caloca, sino a las autoridades para que no dejen de realizar operativos preventivos que identifiquen a conductores alcoholizados.
Afuera de la funeraria, la señora con quien dialoga este reportero, comenta que guarda un temor: “nomás que después no digan que el muchacho no iba tomado, o que Juan Francisco tuvo la culpa”.
Pérez Caloca será consignado por delitos como el de homicidio imprudencial; puesto que manejaba alcoholizado, no tendría derecho a fianza para recuperar la libertad.
Juan Francisco conducía un automóvil rojo por la calle Ures, y al cruzar por avenida Insurgentes fue impactado por una camioneta negra que manejaba Rubén Darío a exceso de velocidad. La camioneta terminó impactándose contra el restaurante Flamingos, donde por la mañana iniciaron los trabajos para cambiar una cortina metálica, dañada.
Juan Francisco y su hija murieron en el lugar del choque –cerca de su casa en la calle Miñón-, mientras que Rosa Isela en un hospital.
(Esta mañana en el restaurante Flamingos. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)