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Mar, Oct

Daniela Saldaña, jueza federal a Claudia Sheinbaum: “de mujer a mujer, encuentre su voz y no se deje influenciar”

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* La jueza de Distrito, egresada de la UAN describe su carrera judicial y de los riesgos que observa con la reforma que permitirá la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular.

* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)

 

Cuando el sábado 12 el Senado de la República transmitió la sesión con la tómbola para anunciar los jueces y magistrados federales que dejarán el cargo en el 2025 y se hará una elección por voto popular, Sandra Daniela Saldaña Brambila, titular de un Juzgado de Distrito en el estado de Jalisco prefirió no ver esa denigrante escena.

Aunque no oficialmente, se enteró a través de compañeros del Poder Judicial Federal (PJF) que su Juzgado fue uno de los mencionados en la tómbola, pero también un dato extra: ella es una de las juzgadoras que no dejará el cargo en el 2025, sino dos años después puesto que está en periodo de lactancia al tener una bebé de meses.

Nacida en Tepic, egresada de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), el caso de Daniela Saldaña –como se le conoce- muestra la carrera de quienes se forjan en el PJF y que es uno de los aspectos que más se critican a la reforma que impulsó el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, advirtiéndose que secuestra la independencia del Poder Judicial.

Durante la mañana del sábado 19, en entrevista con este reportero, Daniela habla de su sentir por esta reforma y de su trayectoria como funcionaria judicial, de su esperanza en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que esto cambie, y sobre la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo considera que para ser una verdadera líder tiene que encontrar su voz y su camino y hacerlos valer, no dejarse influenciar.

El encuentro con quien esto escribe se produjo en la Biblioteca Magna de la UAN:

Muy joven, Daniela fue meritoria en un Juzgado de Distrito en Tepic, después tuvo un breve paso por el área jurídica de la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA): “soy ambientalista de corazón. Conformamos la sociedad civil Voluntad Organizada de cuidado al ambiente.”

Luego, atendiendo una convocatoria para contratar oficiales administrativos, fue ganadora e ingresó al Juzgado Tercero de Amparo Penal. El uno de abril del 2011 fue su primer nombramiento.

Después de la oficialía pasó a ser actuaria y luego secretaria de acuerdos de Juzgado de Distrito por más de cinco años. En ese tiempo también cursó una maestría y un doctorado. Por unos meses incluso laboró en un Juzgado en el estado de Yucatán.

En el 2021 se inscribió a una convocatoria para juzgadora y fue seleccionada por el Consejo de la Judicatura Federal en el que cumplió con un examen de conocimientos en general, la elaboración de una sentencia partiendo de cero, y un examen oral a distancia por la situación del Covid-19.

El 16 de noviembre del 2021 se presentó a su primer día como jueza de Distrito en Tijuana, Baja California, lo que recuerda como un proceso muy difícil, llevándose a su hija de dos años y ocho meses.

Por todo esto habla de la importancia de la experiencia y el fogueo del impartidor de justicia. Ella tuvo más de 10 años de formación antes de ser jueza:

“En ciudades más grandes hay foros jurídicos más grandes, otro tipo de abogados, más exigentes, o lugares donde hay temas con más demanda social, por ejemplo en Nayarit se tiene un delito especial del fraude agropecuario, pero que no está en códigos penales de otros estados.

“Aquí hay otro punto importante porque a los jueces y juezas nos forman en lo jurídico, pero poco en lo administrativo, en tener habilidades gerenciales de cómo tener equipos altamente eficientes. Al trabajar en Tijuana entendí por qué muchas compañeras no concursan o esperan que sus hijos estén más grandes porque es muy complicado tener una red familiar que aguante el proceso. Mi esposo afortunadamente lo entiende porque es secretario de acuerdos y siempre me apoya y me motiva, pero tengo compañeras que tienen esposos de ahí mismo y pues no.”

Considera que en Tijuana fue una jueza estricta para que los expedientes avanzaran más rápido, haciendo valer los medios de apremio que le permite la ley, imponiendo multas.

Nunca en estos tres años, ni en Baja California ni en Jalisco ha recibido a nadie que le pida un favor de parte de algún funcionario público:

- Nunca he recibido ninguna llamada. No se han atrevido. Todas mis resoluciones han sido lo que yo considero jurídicamente que es lo correcto que está justificado con la Constitución, los derechos, las leyes; nunca he recibido ninguna forma de coacción. He hecho mi trabajo con mi libertad profesional. Es lo que debemos preservar: que los jueces y las juezas podamos dictar sentencias conforme a lo que vemos jurídicamente y no por presiones políticas. No por interés de los partidos o del gobierno.  

En el mismo sentido, señala que hay muchos aspectos que la cuestionada reforma no advirtió, por ejemplo, contrario a lo que hoy sucede en que los juzgadores son enviados a otros estados para evitar que tengan relación o amisten a las partes involucradas, se contempla que todos radiquen en su entidad, lo cual, estima, no sólo permitirá que sean fácilmente localizables por fuerzas políticas, sino incluso amenazables.

Y es ahí, agrega, que se justifica el apoyo que reciben para renta porque siempre están fuera de sus estados de origen:

“Vamos a decir cuáles eran mis pensamientos antes de la reforma: cambiar el hecho de que hubiera tantas cosas formalistas que impiden el rápido estudio de los asuntos. Hay que hacer más ágiles las sentencias y con un lenguaje ciudadano más sencillo. Me he cansado de pedir a mis colaboradores que no me pongan latinismos porque las personas en general no los entienden. Tenemos que hacer más sentencias con perspectiva de género o bien del contexto de la persona que está involucrada.”

Sobre la posibilidad de que abogados recién egresados accedan a altos cargos de juzgadores, Saldaña Brambila considera lo siguiente:

“Aunque hay muchos jóvenes bien inteligentes, pero ya resolver un asunto de cuantías de millones de dólares, de la libertad de personas, de la custodia de niños, de gente que ha sido víctima de delitos muy fuertes, de cárteles, ¿tú crees que va poder resolver un joven egresado? Es muy importante la madurez emocional para poder vivir todo eso. En las audiencias uno tiene que estar cara a cara con todos, incluidos los imputados.

“Se ocupa tener experiencia que viene desde que fuiste oficial, actuario, secretario, todo eso te ayuda a resolver mejor los problemas porque ya sabes cómo se hizo, ya investigaste, ya estudiaste. Hay mucha normativa interna que uno debe conocer y quien llegue nuevo va tener que aprenderla o no sé si también la van a cambiar. Sería un desastre que cambien todo porque ni modo que esto se colapse.”

En cuanto a los frecuentes ataques del ex presidente López Obrador, que a prácticamente todo el PJF lo metió en una olla como corruptos, responde:

- ¿Qué te puedo decir? Aquí no hay negros ni blancos, sino todo tiene claroscuros. Sé de muchas cosas positivas como esto de las ayudas a las personas con discapacidad, a madres solteras, pero en términos de justicia ¿qué me hubiera gustado escuchar?: un fortalecimiento a las fiscalías, más medios alternos de solución al conflicto. ¿Por qué no activaron procedimientos para separar del cargo a jueces y magistrados en caso de probarse la corrupción?, que nos acrediten lo que dicen de nosotros.

“Alguien que no me conoce pero que sabe que soy jueza federal y ha escuchado el discurso genérico, puede pensar igual, pero yo nunca he participado en ningún acto de corrupción. Ahora a los acuerdos que estoy firmando en el Juzgado le ponemos que si alguien ha sido testigo de un acto de corrupción me lo diga, como la titular que soy. Creo que es necesario acercar más la justicia a las personas, que sepan cómo pueden reclamar que se les proteja un derecho. Hace falta mucha justicia social.”

- ¿Ves un cambio con la presidenta Claudia Sheinbaum?

- La verdad, tenemos la esperanza de que así sea, que observe que esto puede generar un caos, como el hecho de que no se cumplan los mandatos judiciales; si en el juicio de amparo las suspensiones las van acatar cuando quieran y cuando no quieran no, pues entonces es muy grave. El espacio para calificar si una resolución, una sentencia, un fallo, es legal o no, es interponiendo una apelación, una revisión, una queja, para que otro tribunal decida sí o no.

“Precisamente lo que hace fuerte al Poder Judicial para efectos de tener un control es que tiene medios de apremio. Vean las resoluciones de las comisiones estatales de derechos humanos que a veces no se acatan, sino que quedan a la voluntad política.”

- En tu caso continuarías hasta el 2027, ¿qué seguiría después?

- La verdad no lo he analizado. Haber elegido ser jueza fue una decisión que tomé cuando salí de la escuela, era mi sueño. Todo el tiempo me fui preparando para trazar este camino. Si invertí horas de quedarme hasta las tres de la mañana en el Juzgado trabajando por muchísimo tiempo, y otros días de levantarme de madrugada para seguir trabajando, si hice una maestría y un doctorado es porque sabía que necesitaba incrementar mi nivel jurídico para llegar a ser jueza.

“Todo eso fue una preparación para el cargo y pues ahorita estoy en que no sé qué sigue porque son decisiones de vida. A veces me replanteo si habrá valido la pena haberme llevado a mi hija aquí y allá, cambiarla tantas veces de escuela, no estar con mi esposo, estar sola y resolver asuntos tan fuertes, o con el embarazo de mi otra bebé. ¿Habrá valido la pena tanto sacrificio familiar para que ahorita ya, gracias, adiós? No sé.

“Y también me hago la pregunta de si competiría en unas elecciones así. ¿Expondría a mi familia a eso?, ya hay campaña sucia en que diario nos están denostando, es complicado. Son muchas situaciones de incertidumbre y aparte el ver cómo se nos ha tratado, tan despiadado, cesándonos, porque ni siquiera nos aperturaron procedimientos de responsabilidad.

“Nosotros ya estábamos en el cargo y esto fue con posterioridad. Si querían hacer esto debió ser de aquí para adelante.”

- ¿Todavía tienes esperanza en la Suprema Corte, que pueda hacer algo para echar abajo la reforma?

- Pienso que sí hay una esperanza, me gusta creer que habrá no un último intento, sino muchos intentos; mira, voy a hablar de las juezas jóvenes, las que son de mi generación, las he visto tan comprometidas con una visión de la justicia diferente, humana, sensible, y no creo que nos quedemos sin seguir luchando. Alguien decía que la calidad y la investidura de juzgador ya no se pierden, aunque estés en el exilio.

“Lo que sí me entristece mucho es que las mujeres apenas vamos llegando. Juezas y magistradas somos apenas el 26 por ciento del total a nivel nacional. Y de ese 26 por ciento nos quedamos como un 10 por ciento porque en la tómbola salieron muchas mujeres. Y somos las que hemos hecho más sacrificio, las que nos hemos traído a nuestra familia, que hemos combatido estereotipos de género porque la profesión de abogado, como muchas, es machista.

“Yo estuve en lugares donde decían que a las mujeres no nos debían dejar de actuarias porque es peligroso, o mujeres secretarias no porque se casan, se embarazan y no sacan el trabajo. Hay cosas que sí debemos mejorar: ser más ágiles y eficientes, encontrar la manera de tener formas creativas, diferentes, de impartir la justicia para que esto sea lo de fondo. La energía se debe ir en resolver los asuntos. Las pocas mujeres que estamos prácticamente ya vamos de salida. Tengo compañeras que están enfermas, con hijos, y se van a quedar sin trabajo en el 2025”.

- De mujer a mujer, ¿qué le dirías a la presidenta Claudia Sheinbaum?

- Las mujeres somos inteligentes. De mujer a mujer le diría que ella tiene que encontrar su camino. Para ser una verdadera líder tiene que encontrar su voz y su camino y hacerlos valer. Estoy segura que como todas las mujeres ella también debe estar pasando por las mismas situaciones que pasamos las mujeres que llegamos a lugares de toma de decisión: de tener que demostrar que eres inteligente, que también puedes hacer las cosas, que todo mundo te quiera decir qué hacer y no te dejes influenciar.

“Yo estoy segura que ella va encontrar la manera de poco a poco hacer su equipo de trabajo y dar su tinte, el que sea, pero que sea de ella, que sea su voz la que esté ahí. Es un proceso que tiene que llegar y yo espero que sea pronto.

“Yo le diría que nos incluya a todas las mujeres. Ella dijo que llegamos todas, pues que nos incluya. La Asociación Mexicana de Juzgadoras le hizo esa petición a través de nuestra presidenta la magistrada Emilia Molina, y la llevamos al Senado, que en la insaculación no saliera ninguna mujer, que si ya nos costó tanto romper esos techos de cristal, pues que ninguna mujer saliera, si apenas somos el 26 por ciento. Y no se atendió. Las madres embarazadas o las que estamos en lactancia, ¿cómo vamos hacer una campaña electoral?”

Daniela Saldaña explica a este reportero que su acercamiento más allá del Juzgado de Distrito es de tipo académico cuando la invitan a dar conferencias en universidades y otras instituciones, más nunca de carácter político. No conoce a la gobernadora de Baja California, ni al de Jalisco ni al de Nayarit.

“Si el crimen organizado se mete en las elecciones y ya está poniendo candidatos, cómo no se va meter también en estas elecciones para jueces, ¿qué le costaría?, ¿en qué condiciones vamos a competir nosotros electoralmente? Imagínate, hacer campaña contra MORENA, ¿quién?, es como antes el dicho de ‘gánale al PRI’”.

Contrario a la opinión que tienen diversas personas, resume que “la vida en los juzgados de Distrito y en los tribunales federales es muy comprometida y se sacrifican muchos aspectos personales, familiares.”

- En tu opinión, ¿cuál es el peligro de que lleguen personas sin esta experiencia que has tenido antes de ser jueza?

- Yo te preguntaría: si tienes una empresa y digamos que conforme a la evaluación general que está haciendo la población dice que funciona medianamente bien, ¿correrías a todas las personas y empezarías de cero?, al contratar pura gente nueva te quedas sin experiencia.

“Y dos: hay esta pasión que nos inculcan por el Poder Judicial por tener vocación y porque es una situación de servicio, es algo a lo que apuestas de dedicarte para toda la vida. Creo que esa parte se va perder porque ahora se va buscar la popularidad.

“Pero el principal riesgo que veo es que el nuevo juzgador no va tener libertad de decisión, que lo que vea en el expediente probablemente no sea lo que vaya a regir porque para ir a una elección se necesita una estructura política y ¿quién la tiene?: los partidos políticos. Nosotros no la tenemos. Si nos hubiera gustado la política no hubiéramos entrado al Poder Judicial porque éste es un trabajo como de ratón de biblioteca.

“Ahí te va otra: cuánto tiempo vas a invertir en el estudio de los asuntos y cuánto para hacer propaganda política. Yo soy mamá. Trato de apurarme lo más que puedo pero en las noches sigo revisando las promociones que se nos presentan, me apuro para que en el día a día salgamos a buena hora y eso se los comparto a mis compañeros. Ser más eficientes. Pero el fin de semana me llevo de ocho a 10 sentencias que estudiar. Tenemos el expediente electrónico y puedo firmar a distancia, pero antes, cuando era oficial y luego secretaria me llegué a quedar hasta las tres de la madrugada en el Juzgado.

“Tengo compañeros de la licenciatura que me preguntan ¿cómo te fue en la tómbola? y pues me siento triste. Si no era la rifa de una casa o un carro, sino un ponernos fecha de caducidad sin tomar en cuenta nuestra preparación y evaluaciones que nos hace el Consejo de la Judicatura.”

Sobre este aspecto de las evaluaciones, detalla:

“El examen para ingresar es uno y una vez que quedas como juzgador o juzgadora, cada seis meses nos evalúan la productividad en tres aspectos: lo administrativo del Juzgado, que se cuiden los bienes del inmueble; y luego los aspectos laborales relacionados con el movimiento del personal, licencias, faltas, el respeto a los derechos de los trabajadores o si aperturamos procedimientos administrativos disciplinarios. Ahorita por ejemplo el Consejo está muy pendiente del foco del acoso y hostigamiento sexual o el bullying laboral.

“Pero también nos evalúan la productividad, el estado de los expedientes. Cada mes reportamos una estadística de los ingresos de juicios y los egresos. Una sentencia es una forma de egreso, o las incompetencias, los desechamientos, los sobreseimientos fuera de audiencia.

“Una de las fallas o cosas que se deben mejorar en el sistema en general es sobre los recursos. En otros países está controlado que si alguien se quiere ir a segunda instancia tiene un costo para evitar que todo mundo se vaya a diestra y siniestra cuando ya saben que no tienen la razón. A veces lo hacen nada más para retardar.”

Sobre la revisión del Consejo de la Judicatura, la jueza de Distrito explica que el punto relevante versa sobre la eficiencia terminal:

“Significa que en tus asuntos tu criterio jurídico sí sea bueno. Una cosa es sacar y sacar sentencias pero sin estar bien estudiadas, y luego las partes se inconforman y en segunda instancia se caen. A ver, ¿tus asuntos sí son eficientes y eficaces?, ¿tú criterio sí es bueno? Esa es la parte interesante. ¿Cuántos asuntos te revocaron, cuántos te modificaron y cuántos te confirmaron?

“A mí me ha ido bien en mis expedientes. He sido de las juzgadoras que tenía criterio de hacer una interpretación favorable a la persona y en asuntos de prisión preventiva oficiosa yo estuve concediendo amparos para que se llevara a cabo una audiencia de debate, no importando el delito, no ordenando la libertad, sólo que se hiciera el debate.

“Son los únicos asuntos que tengo revocados por parte del Tribunal Colegiado del Tercer Circuito, donde tienen el criterio de la restricción constitucional. Los colegiados me han dicho, ‘a ver, si tales delitos son con prisión de oficio, ya, así’. Esos son mis asuntos revocados principalmente.”

 

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