* El choque entre Aníbal y el gobierno, por decirlo de alguna manera, tendría más víctimas secundarias, pues quedan en abandono los personajes identificados con la familia Montenegro.
* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)
A principios de mayo del 2022, unos días después de la aprehensión del ex secretario de Movilidad Luis Alonso Tahuahua González, el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero expresó:
“…es que los factores de poder dentro y fuera del gobierno, que son los que han maniatado el desarrollo social, armónico, económico, institucional de nuestro estado, y de ninguna manera yo cederé (…), cuando los que cometen presuntamente delitos mayores, se defienden como cofradías diciendo: ‘¡es mi hermano, por favor!”
La expresión de Navarro era a propósito de una publicación de Aníbal Montenegro Ibarra en su espacio de Facebook, que anotó, en un evidente desafío a altos funcionarios:
“No. Tahuahua no es mi amigo ni empleado, es mi hermano y es más decente que todos los de nombramiento y constancia de mayoría juntos.”
En las audiencias judiciales de esos días se reveló que la investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) por permisos irregulares de taxis incluía al ex secretario General de Gobierno Antonio Serrano Guzmán y al citado Montenegro Ibarra, quien fungió como secretario General al inicio de la administración de Antonio Echevarría García -2017-2021-.
Para el reciente cuatro de mayo, el gobernador expresó acerca de José Francisco Contreras Robles “Chico Contreras” –director de los SEPEN en el gobierno anterior-, aunque los destinatarios principales eran Aníbal y su hermano Gerardo:
“La Auditoría Superior de la Federación nos dice que debemos comprobar nueve mil 418 millones de pesos del ejercicio 2020 y 2021 de SEP y SEPEN. ‘El Chico Villegas’ o algo así, que se llamaba el director anterior, ¿pues quién lo puso?, lo pusieron los Montenegro, hablemos en blanco y negro. Contreras, Contreras, ¿y dónde está?, ¿dónde están ellos?, ¿por qué no comprobaron ese recurso?...”
La respuesta de Aníbal se dio el día 23, otra vez por redes sociales. Además de criticar a “su prensa, esa que está en nómina”, recordó que durante el gobierno de Roberto Sandoval Castañeda “los Montenegro éramos totalmente ajenos al gobierno”, y añadió:
“Respecto al 2017-21, periodo del que fui funcionario estatal sólo los primeros 11 meses, y no en Educación, están muy desinformados, pues la nómina se centralizó en la Federación durante el 2015; por cierto, las observaciones que recibieron los funcionarios educativos de SEPEN en 2020 y 2021 fueron de 40 mil pesos y 6 millones respectivamente, no los absurdos y esquizofrénicos 9 mil millones (…)
“Así que mucha suerte con su hilarante carpetitis y sus campañitas de odio…”
La palabra “carpetitis” mereció ser repetida numerosas veces, con enojo, durante la reciente conferencia del Gobierno del Estado el 31 de mayo. Y hasta parece un término para quedarse.
La administración del doctor Navarro ha ido acostumbrando a que si se ventila en las conferencias la apertura de carpetas de investigación por la Fiscalía, estas casi siempre terminan generando procesos penales contra los individuos señalados.
Así, bastaría encontrar un documento firmado por Aníbal con algún dato erróneo para señalar falsificación, o seguir puliendo el asunto de los permisos de taxis, o que además de esos 11 meses en la Secretaría General hubiera tomado decisiones para cuadrar el tráfico de influencias.
La Fiscalía General del Estado estaría en ese camino, lo que pone a Aníbal como un sentenciado.
Porque, cabe añadir, era conocido que el personaje fuerte en la administración de Echevarría era Montenegro Ibarra.
Habría que señalar que no abundan quienes han desafiado abiertamente al aún joven gobierno navarrista. Por ahí podrían estar Águeda Galicia y Oscar Cedano desde el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado (SUTSEM), pero no más.
Lo singular ahora es que si la Fiscalía no procede contra el ex secretario General, dejaría constancia de preferir la cautela a lidiar con una reacción desde la Sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cuya influencia de la familia Montenegro está registrada desde hace décadas, a la cabeza el papá Liberato Montenegro Villa, ya fallecido.
El choque entre Aníbal y el gobierno, por decirlo de alguna manera, tendría más víctimas secundarias, pues deja en abandono a los personajes identificados con la familia Montenegro y que enfrentan procesos penales o están en esa vía: tan sólo el “Chico Contreras” lleva más de un año en prisión preventiva recluido en la penal de Tepic y estaría por iniciársele al menos otra causa penal, o el ex secretario Serrano Guzmán que enfrenta en libertad una vinculación a proceso por el tema de los permisos de taxis.
Cuando menos Tahuahua alcanzó a librarla hace unas semanas después de negociar su proceso: declararse culpable y pagar una reparación del daño, con lo que pudo salir de prisión.
Otro personaje a quien no beneficia esta rivalidad es Ismael González Parra, tío político de Aníbal y quien hace un año renunció a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
Los días siguientes, las semanas, podrían arrojar novedades en este sentido.
(Aníbal Montenegro, en su época de secretario General. Foto: archivo Oscar Verdín/relatosnayarit)
Aníbal, el sentenciado
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