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Vie, Ene

Niegan libertad a Pedro Enríquez: “el día de mañana puede ser cualquiera de los que estamos aquí”

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* Se mantiene medida cautelar de prisión preventiva justificada contra el ex magistrado del Tribunal Superior de Justicia.

* (Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit, por mínima vergüenza)

 

Un juez de Control negó al ex magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) Pedro Antonio Enríquez Soto el cambio de la medida cautelar de prisión preventiva justificada, por lo que seguirá recluido mientras transcurre la causa penal 101/2019 por el caso INFONAVIT de juicios ficticios.

La audiencia de revisión de medidas cautelares, solicitada por la defensa particular, se celebró este sábado en el Centro Regional de Justicia Penal en Tepic, durante más de 10 horas, contando diversos recesos.

Enríquez fue vinculado a proceso por su probable responsabilidad en diversos delitos el nueve de mayo del 2019 e inicialmente se le impusieron las medidas de presentarse a firma periódica, la prohibición de salir del estado y una garantía de 15 millones de pesos, entre otras; sin embargo el siete de diciembre de ese año las medidas fueron cambiadas por la prisión justificada, que desde entonces permanece.

En razón de lo anterior, quizás las palabras que más pronunció durante sus intervenciones fueron “plazo razonable”, en referencia a que transcurridos más de dos años y siete meses no ha sido llevado a juicio oral, lo que ha excedido el plazo razonable y debía ser puesto en libertad con otras medidas como las que inicialmente tuvo.

Sin embargo, la agencia del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado (FGE) se opuso, argumentando que no han variado las condiciones, además de que habría riesgo a sustraerse de la justicia porque se ha solicitado una pena de 56 años.

Cabe indicar que la audiencia fue encabezada por un juez que apenas conoce el asunto, puesto que el anterior fue recusado a petición del imputado.

De cabello corto por disposición carcelaria, llevando puesta la camisa de la prisión federal El Rincón, algunas expresiones con mayor relevancia por parte del ex magistrado fueron las siguientes:

“Permítame usted, señor juez, que Pedro Enríquez deje de portar este uniforme. Lo hago con la verdad en la mano y con la conciencia tranquila (…) Mis derechos han sido sistemáticamente violentados (…) La prisión preventiva debe cesar porque se ha excedido el plazo constitucional de dos años (…) Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrario (…) La Corte Interamericana ha dictado precedentes. La prisión preventiva no puede ser indefinida, sino sujeta a un plazo razonable (…) El Estado no ha sido capaz de llevarme a juicio (…) Tenerme más del plazo en prisión preventiva es como una sentencia anticipada (…) Le pedí a un juez ir a juicio y me negó el derecho, que porque hay amparos, no míos, sino de coacusados. ‘Hay quédate hasta que se resuelve lo de los demás, al cabo te tengo en prisión’ (…) Pedí el sobreseimiento y el juez me desechó la solicitud. Un Juzgado de Distrito ya dijo que sí se realice esa audiencia (…) El seis de diciembre del 2019 pide la Fiscalía audiencia de revisión de medidas, me citan y al día siguiente quedé preso por cambio de medidas. ¡Yo sabía que ése día iba a quedar preso y no eludí! (…) Quiero que se conozca la verdad.”

“Tiene que cesar la prisión preventiva, señor juez, ¡no nos gusta, pero tiene que cesar, ví su expresión!”

Las últimas líneas aquí anotadas fueron expuestas en un tono más alto, de enojo frente al juez.

“Sí, es un asunto complicado, yo sé que hay presión política, mediática, pero los derechos no están sujetos a ello (…) Yo creo en la justicia local, dejemos de ver a la justicia local como una justicia de paso (…) Yo no fui jefe de nadie (…) ¡Yo soy inocente, mientras la Fiscalía no me lo pruebe, soy inocente! (…) Dijimos que ya no hubiera personas esperando por años en la cárcel para ser juzgados, pero he conocido casos gravísimos y no quiero seguir formando parte de la estadística (…) Apelo a la justicia, señor juez, apelo a su deber de garante de los derechos humanos. No se trata de Pedro Enríquez, de quien fue presidente del Tribunal. Hoy es Pedro Enríquez pero el día de mañana puede ser cualquiera de los que estamos aquí (…) Señor juez, sé que tiene una responsabilidad muy delicada en el tema, pero cuando se aplica la ley, cuando se asume el deber moral y jurídico puede dormir uno tranquilamente; aun en prisión duermo tranquilamente.”

Luego de la intervención de Enríquez, que hizo referencia a casos estudiados por la Corte Interamericana, uno de sus defensores precisó que otra de las causas penales que le fue abierta, por amenazas, ya sobreseyó, mientras que en una más, por delito de enriquecimiento, no fue vinculado a proceso.

Además, dijo que el delito de fraude en el caso INFONAVIT fue retirado vía amparo a uno de los coimputados, por lo que ello debía beneficiar a su defendido.

Tanto Enríquez y sus defensores como la agencia ministerial que representó a la Fiscalía General del Estado tuvieron dos oportunidades de intervención.

Precisamente el fiscal responsable del debate consideró que debía persistir la medida de prisión justificada, y que lo que no ha permitido llevar el asunto a juicio oral es la actividad procesal del propio Enríquez, que ha promovido numerosos amparos.

Consideró que es desfasado aceptar que haya una presión política y mediática en el tema.

También habló de la complejidad del asunto que suma 146 testigos, 39 de ellos ex funcionarios o empleados del Poder Judicial, y que no ha desaparecido el riesgo que significa Enríquez para dos testigos cruciales, ex jueces que participaron directamente en la trama INFONAVIT.

Igualmente, señaló que se estima en más de cuatro mil 400 millones de pesos la posible reparación del daño.

En la primera intervención ministerial, pero sobre todo en la segunda, se presentaron varias objeciones de la defensa, indicando que se estaba incorporando información novedosa que no venía al caso y que el juez no debía conocer, por ejemplo la identificación de cada uno de los nombres de los citados 39 testigos.

Salvo una ocasión, en las demás el juez pidió al representante social que continuara su exposición y ya decidiría él lo que tomaría en cuenta.

Al resolver el asunto, lo que le llevó aproximadamente una hora a partir de las 7:40 de la noche, el juez inició con una precisión: “mi trabajo es ser imparcial y analizar puntualmente lo que se me plantea.”

Lo antes anotado se dio porque uno de los defensores anunció que el juez es coordinador de posgrados y otras actividades relacionadas, pero lo urgió para que todo eso se notara en sus resoluciones. El juez agradeció el gesto –que fue irónico-, y añadió que eso mismo podría decir de todos los presentes, abogados con más estudios superiores.

En resumen, concluyó que la medida de prisión preventiva no cesa en automático cuando ha vencido el plazo razonable de la misma.

De igual forma, consideró que no ha desaparecido el riesgo sobre los testigos, además de que, insistió, sí se advierte una complejidad en el caso, tan sólo por el número de personas involucradas.

En cuanto al delito de fraude, resumió que no podía precisar cómo fue la probable participación de cada uno de los imputados.

En el mismo sentido, añadió que no se puede partir de que la Fiscalía imponga las determinaciones de autoridades federales que estudian amparos, parte central de que el caso Enríquez no haya llegado a juicio oral.

Durante el dictado de la resolución, el juez la interrumpió de pronto:

- Advierto que a Pedro le causa risa. Les pido respeto al escuchar la determinación, si no les gusta o no les favorece, pueden impugnar.”

Así, la prisión preventiva justificada se mantuvo.

Al finalizar la audiencia, el ex magistrado tomó la palabra para ofrecer una disculpa y sus respetos al juez, aunque se preguntó cómo pudo asegurar que se estaba riendo si traía cubrebocas, igual que todos. El juez respondió de igual forma, pues rato antes fue Pedro quien le hizo un reclamo al advertir un posible gesto inadecuado.

Con unas últimas palabras de ambos, indicándose respeto mutuo, suavizaron la situación.

 

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