El implacable Covid-19 nos pega, nos exhibe

* En menos de tres meses se han sumado 245 muertes por coronavirus en el estado.

 

El reciente 18 de abril, día sábado, titulé una de mis notas así: “¿Qué diríamos si en Nayarit ya hubiera cientos de contagios y decenas de muertes por coronavirus?

A la mañana de ese día se contabilizaban 37 casos de Covid-19, con siete decesos.

Añadía que en el supuesto de una fuerte alza de los casos, seguramente estaríamos culpando a los gobiernos federal, estatal, municipal, por no haber adoptado medidas más fuertes.

Quién imaginaría que transcurridos menos de tres meses el número de casos acumulados suman dos mil 372, de los cuales 252 han muerto.

Pero si llegamos a creer que entre más se expandiera el virus, mayor sería nuestra precaución, nos equivocamos.

Escribí aquel 18 de abril:  

“No asomaríamos ni la cabeza de nuestras casas.

Pero como la mayúscula tragedia no ha sucedido, ahí andamos por la calle como si nada –aquí excluyo a los que, sí o sí, salen para conseguir que comer-.”

 

En la tremenda expansión del Covid-19 en el país, hay una responsabilidad de muchos, a los que nos vale, y no sólo de las autoridades.

México, con 34 mil 730 muertes por coronavirus, oficialmente reconocidas, está a prácticamente nada de superar a Italia en ese rubro y ubicarse en el penoso cuarto lugar, sólo detrás de Reino Unido, Brasil y Estados Unidos.

Pero es altamente probable que, a pesar de la impresionante cifra –van 295 mil 268 contagios reconocidos, totales-, estemos lejos de la realidad, por los fallecimientos catalogados de sospechosos de Covid-19.

 

A las autoridades de la Secretaría de Salud, especialmente del Gobierno Federal, hay que remarcar su responsabilidad en aspectos de equipamiento para personal médico, especialmente en la parte inicial de la pandemia.

El coronavirus ha dejado claro que el rubro de salud, de más hospitales y médicos, debe ir a la cabeza en inversiones. Y aquí hay una responsabilidad de todos los gobiernos.

De igual forma, insistir que no se tuvo una política de hacer pruebas masivas como lo sugería la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sí lo hacen otros países a partir de la detección de un caso positivo.

Incluso, ha existido una contradicción en los mensajes. El subsecretario de Salud y vocero Hugo López-Gatell Ramírez terminó por sugerir el uso de cubrebocas, cuando él inicialmente no lo consideraba primordial.

Es cierto, el doctor López-Gatell ha insistido que no olvidemos la sana distancia o salir de casa sólo para cuestiones indispensables, sin embargo, y es aquí donde aparece la participación de los ciudadanos, muchos hacemos caso omiso al llamado.

Hay quienes todavía no creen que exista el Covid-19.   

También es cierto lo que advierte el vocero de Salud: la pandemia se la está cobrando más fácil a quienes enfrentan diabetes, hipertensión, obesidad, entre otros padecimientos.

 

En esta parte hay que mencionar al presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo acabamos de ver usar cubrebocas durante su viaje a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump, sin embargo hay que cuestionar por qué no asume la misma actitud al interior de México. Para ir allá debió hacerse la prueba del Covid-19.

Es como si aquí una persona no utiliza cubrebocas, pero sí se lo pone para entrar a un banco o a un centro comercial: o te lo pones o no entras, más sin embargo no lo utiliza por convicción de su seguridad y la de los demás.

 

Algo sucede con el ser humano que nos vamos acostumbrando a saber de tantos contagios y muertes como si fueran sólo un número.

¿Por qué nos cuidábamos más hace tres meses, con decenas de casos en el estado, que ahora, con más de dos mil?

Escribí el pasado 18 de abril:

“Da la impresión que a muchas personas no es que le valga el mentado virus, sino que siempre se cree que ello pegará en otros estados, en otras ciudades, en otras colonias, a otra gente, menos a uno.

Tenemos la seguridad de que habrá muertos por el coronavirus, pero creemos que morirán otros, menos nosotros y los nuestros.”

La situación ya no es sólo el “Quédate en Casa”, sino de que si tenemos que salir, lo hagamos con las medidas de distancia e higiene que corresponden. Es un asunto que parece fácil, de buenos hábitos.

Por información no ha quedado.

Pero de lo escrito el 18 de abril, pareciera que han transcurrido años y no menos de tres meses.

(El presidente -de corbata- con cubrebocas) 

* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit.