Una muerte que no debió ocurrir

* El inexplicable reto de no pocas personas por cruzar el tren.

 

Seguramente todos, peatones, conductores de vehículos, en diversas ocasiones hemos sido frenados por el tren en alguno de los cruces que atraviesan Tepic.

Y suele presentarse una situación insólita: el inexplicable reto de no pocas personas, en su mayoría hombres, que se arriesgan a cruzar del otro lado, brincando por donde se juntan dos vagones. Pareciera existir una intención de apantallar a los espectadores.

Si bien la mayoría consigue la meta, el peligro es latente. Nadie está exento de caer a los rieles y quedar a merced de las llantas metálicas. ¿En qué momento la máquina ferroviaria dará un jalón para reiniciar la marcha?, no se sabe. Pero podría tocar la mala suerte y perderse el equilibrio.

Así sucedió al atardecer del domingo 17 muy cerca de la colonia Tierra y Libertad.

Como ya es del conocimiento público, un joven que no llegaría a los 25 años cayó al intentar cruzar el tren. En un instante ya le era arrancada una parte de su cuerpo y más tarde se anunciaría su muerte.

¿Cuál era su prisa?

Una muerte que no debió ocurrir. Jamás repetirse en otras personas.

* Se pide a medios de comunicación NO plagiar las notas de Relatos Nayarit.