Era un sueño

* Desearía que mis más sinceras gracias lo supieran todos, a propósito de mi libro La Generación del Cacahuate.

 

Si cuando tenía unos 20 ó 21 años alguien me hubiera preguntado si tenía un sueño, hubiera respondido que sí: escribir un libro. Y eso es La Generación del Cacahuate.

Desearía que esto que escribo lo leyeran las tantas personas que han expresado o escrito palabras muy gratas a propósito de mi primer libro. Muchas gracias por todo.

La tarde de este martes hablé de un sincero agradecimiento a Maby Urania Silvia Guzmán -que presentó mi trabajo-, a la Universidad Autónoma de Nayarit, a la maestra Magaly Sánchez y a todo el personal de la dirección Editorial, al rector Jorge Ignacio Peña, y también mencioné al doctor David Alfaro, director del periódico Meridiano, donde fueron mis inicios como reportero en mayo de 1990.

Precisé el nombre de la maestra Pati Ramírez y de que seguramente está leyendo mi libro allá en el cielo.

Hablé con emoción de mi familia como nunca lo había hecho fuera de casa. De mi esposa, de mi papá y mi mamá, de mis hermanos y hermanas, de mis paisanos de Puga, de mis amigos de la infancia.

Les dí las gracias a quienes me leen en Relatos Nayarit, a quienes me han ayudado 28 años a armar mis notas de reportero o a quienes conocí a partir de una nota escrita, plasmando a veces historias de vida, y que con el tiempo, unos y otros, se han convertido en más que una simple nota, porque hay gente que aprecio mucho.

Me gustaría mucho que leyeran este libro y lo compartan con sus familias.

La Generación del Cacahuate puede adquirirse en la librería ‘El Faro’ que se encuentra en la planta baja de biblioteca Magna de la UAN; también pueden contactar por Facebook a mis hijos ‘Óscar Omar Verdín Cervantes’ y ‘Eduardo Verdín’, o bien con este reportero.

De igual forma, el libro está disponible en calle Zacatecas 120 norte, segundo piso, entre Zapata e Hidalgo del centro de Tepic, con la licenciada Araceli Algarín.

Y mis paisanos de Puga también pueden encontrarlo en casa de mi hermana Elsa Verdín Camacho.

Muchas gracias a quienes asistieron a la presentación del libro o a quienes no pudieron asistir debido a sus ocupaciones. La presencia de todos la sentí.

Y la verdad, lo confieso, me he sentido emocionado por los abrazos de muchos, y por sus gratos comentarios.

El martes mencioné que el libro no tiene una dedicatoria escrita. Pero lo dije con el corazón: es para mi hijo Oscar, para mi hijo Eduardo, y para mi hijo César.

(Con Maby -a mi derecha- y con Magaly. Foto: UAN)