* El sistema oral le permitía someterse a un procedimiento abreviado, aceptar su culpa como secuestrador pero prefirió llegar a juicio, donde fue sentenciado a 50 años.
Jaime Alberto “N” “N” jugó mal sus cartas.
Hace unos meses sostuvo una plática de negociación con la Fiscalía General del Estado (FGE), que le ofrecía 30 años de prisión a cambio de someterse a un procedimiento abreviado y aceptar su responsabilidad en un delito de secuestro.
Pero no aceptó.
Este sistema de justicia oral flexibiliza para que a través del procedimiento abreviado el responsable de un delito pueda negociar una condena menor, pero si está seguro de su inocencia, entonces continuar el juicio con la presentación de testigos y demás pruebas.
Sin embargo, si se rechaza la propuesta de la Fiscalía e inicia el juicio, ya no se puede dar vuelta atrás y el imputado deberá atenerse al fallo judicial, a su favor o en contra.
Como fue narrado en este espacio hace dos semanas, desde el primer día del juicio a Jaime Alberto le fue mal, puesto que la víctima lo identificó como uno de los participantes en el secuestro, a pesar de que se presentó rasurado y rapado, contrario al día de los hechos en que traía barba y cabello.
El viernes 13, los jueces César Octavio García Torres, Sandra Sánchez Covarrubias y Antonio Enríquez Soto dictaron condena de 50 años de prisión contra Jaime Alberto, 20 años más de la pena ofrecida hace meses.
Cabe indicar que no se trata de un fallo definitivo puesto que el individuo podrá presentar un recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia y, si fuera el necesario, un amparo ante un Tribunal Colegiado.
Le ofrecían 30 años de condena, no aceptó y le fue peor
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