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El bisnieto espanta: “le di su abrazo de buenas noches y empecé a apretarla"...

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* Su bisabuela… “no forcejeó, me imagino que por viejita”, señaló Ricardo Manuel Góngora, uno de los acusados por homicidios de dos señoras en San Blas, madre e hija. 

 

El viernes 29 de agosto, los jóvenes Ricardo Manuel Góngora Fletes y Michel Alfredo Sánchez Cervantes, ambos de 21 años, se presentaron a una veterinaria en Tepic y compraron pastillas para dormir a un perro, según le explicaron a la persona que los atendió. 

Y debieron responder desde el peso, raza y distancia en que trasladarían dormido al animal fuera de Tepic. 

En realidad no había perro alguno sino que esa noche, las pastillas, ya molidas, fueron colocadas en piezas de pan que luego consumirían las señoras Esther Flores de Dios y su hija Flavia Góngora Flores, bisabuela y tía abuela de Ricardo Manuel, de 83 y 56 años, respectivamente. Lo anterior se produjo en San Blas, en una finca de la calle José María Mercado. 

Se suponía que las señoras se dormirían pronto pero no hubo efecto aparente. Entonces Ricardo salió de la casa –justificó que había ido a San Blas por un asunto de trabajo, a altas horas de la noche- y se reunió con Michel, que se introdujo a una cantina para hacer tiempo. 

Ya en la madrugada del sábado 30, Ricardo cambió el plan: regresaron con sus parientes justificando que Michel necesitaba entrar al baño. Ya traía en sus manos un cable. 

En una declaración a un Ministerio Público y ratificada el sábado 6 ante el Juzgado Primero Penal, Ricardo recordó que mientras apretaba el cuello de su tía con el cable, ella se resistió y lo aruñó en la cara. Después fue en busca de su bisabuela: “¿qué pasa?, ya me voy a dormir”, le habría dicho la anciana. “Le di su abrazo de buenas noches y empecé a apretarla. No forcejeó, me imagino que por viejita”, señaló el ahora acusado.

Los cuerpos fueron depositados en la cajuela de un automóvil Honda, propiedad de Flavia, y en él se  trasladaron a Tepic. La primera intención era vender el carro. También cargaron con tarjetas bancarias y dinero en efectivo encontrado en la casa; Michel habría recibido seis mil pesos.

Antes del amanecer los muchachos regresaron a sus domicilios; el de Ricardo en la calle Quebec en el fraccionamiento Ciudad del Valle. La casa era de su tía Flavia y se la prestaba. Y Michel en la colonia Lomas Bonitas.

La tarde del sábado 30, llevaron los cuerpos al basurero municipal de San Blas y les prendieron fuego. 

*

Puesto que las señoras vivían solas, hasta el lunes uno de septiembre otros familiares reportaron la desaparición en San Blas. Considerando que Ricardo Manuel vive en Tepic, le pidieron que acudiera a los hospitales y preguntara si alguna de ellas estaba internada. Su reporte fue negativo. 

Sin embargo, el muchacho reveló que desde el viernes 29 no las veía, lo que despertó la sospecha de quienes estaban a cargo de la investigación. Y pronto brotaron las evidencias: la tarde del martes dos fueron encontrados los cuerpos, calcinados, en tanto que el automóvil permanecía en una calle de la colonia López Mateos.

Una amiga de Ricardo, empleada de una tienda OXXO, explicó que la madrugada del sábado 30 éste se presentó junto a su amigo Michel. La muchacha recordó que eran evidentes los rasguños en la cara de Ricardo y sangre en sus ropas. “Nos peleamos en una cantina”, habría justificado.

El domingo 31, la joven recibió una televisión de plasma, regalada por Ricardo, sin imaginar que había sido comprada con dinero robado a las ahora fallecidas.

Ricardo también compró ropa, comida, y una consola para juegos que entregó a Michel y cuya familia devolvió a agentes de la Fiscalía General del Estado. En pocos días se acabó el recurso de las tarjetas bancarias.

Pero pronto se descubrió todo. El sábado seis, Ricardo Manuel aceptó ante el Juzgado Penal su relación con el doble homicidio, en tanto que Michel intentó zafarse, citando que la idea de robar, primero, y luego de matar a las señoras fue de Ricardo, que fue éste quien materialmente lo hizo y que fue él, también, el que les prendió fuego en el basurero, tras echarles gasolina.

Ambos muchachos son acusados de homicidio calificado.

Un tercer joven, acusado de encubrimiento, ya habría recuperado la libertad bajo fianza. Supuestamente fue enterado del robo del vehículo, pero dijo creer que se trataba de una broma. 

 

* NO se autoriza la transcripción o copia de las notas de Relatos Nayarit a otros medios de comunicación. NO a copiar y pegar. NO al robo de notas. 

 

 

 

 

 

 

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