* Es el apunte de una trabajadora de 75 años, una entre miles que este martes se manifestaron frente a oficinas públicas.
La señora Ramona Curiel López es trabajadora del DIF en el Ayuntamiento de Tepic, adscrita al centro de capacitación en la colonia Provincia. Tiene 75 años y su función es la de enseñar tejido, por las tardes de lunes a viernes.
Y precisamente tejiendo se le encuentra la mañana de este martes frente a la Presidencia Municipal de Tepic. Curiel López es una entre miles de afiliados al Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM) que realizan un paro estatal.
La señora lleva puesta una camiseta de protesta, en la que se lee que Nayarit ocupa el primer lugar en violación a los derechos de los trabajadores. Y tiene algo que contar:
“Tengo 28 años trabajando y nunca se había visto que nos debieran tanto como ahora: de aguinaldo, de prima vacacional y otras cosas; si nos pagaran no estuviéramos aquí. Todo lo que se ha ganado nos lo quieren quitar y no es justo”.
Agrega que sus rodillas resienten el paso de los años, pero tampoco hay jubilaciones.
Una canción de siempre acompaña la suspensión laboral, pero ya no hay sorpresa en la tonada:
“Sacaremos al toro de presidente,
sacaremos al toro de presidente,
sacaremos al toro de presidente,
de presidente sacaremos a ese buey”.
Pero ya las burlas contra el alcalde de Tepic parecen no tener mayor impacto. En la entrada principal a la Presidencia Municipal, un grupo de hombres sindicalizados agregan que ya hasta perdieron la cuenta de los adeudos de los últimos años.
El paro laboral del SUTSEM se ha extendido a todas las oficinas de los tres poderes. Frente a Palacio de Gobierno abundan las sombrillas para protegerse del sol. Las puertas están abiertas y han laborado únicamente los empleados de confianza, igual que en el Tribunal Superior de Justicia y el Congreso del Estado.
Y parece no haber un solo trabajador que no se queje de la situación laboral que enfrentan.
La manifestación es aprovechada por vendedores de frutas, paletas de hielo, aguas frescas y hasta sombreros que llegan a encontrarse con tantos potenciales clientes. Hay quienes hubieran preferido quedarse a trabajar en sus oficinas puesto que el sol está para temerle.
(Ramona Curiel en la protesta. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)