* Parece que de poco sirven las madrugadas de trabajadores que mantienen limpia la zona centro de Tepic: pronto vuelve a estar una y otra vez sucia.
A pesar de que en la plaza Principal de Tepic –frente a Catedral- hay varios tambos para el depósito de la basura, cada día es barrida, en promedio, entre cinco y seis veces, lo que muestra el mal hábito de muchas personas de arrojar la basura al suelo o en los jardines.
Empleada municipal, la señora María Dolores cumple desde hace 14 años con esa tarea, en horario de seis de la mañana a una del mediodía. Le toca barrer la zona junto al hotel Fray Junípero y frente a los portales hasta llegar a la calle Puebla. Y también el área que lleva a la calle Veracruz, antes de la parada de camiones.
Con una escobilla, un recogedor y un tambo movible, dice que la primera barrida, amaneciendo, es cuando recoge más basura. La intención es que la plaza esté limpia cuando el grueso de la población camine por ahí o se siente en las bancas y jardineras.
Pero basta un rato para que más basura esté en el suelo: botellas y bolsas de plástico, colillas de cigarro, envases de café, de papas, platos desechables, escupitajos…
Y María Dolores vuelve a barrer.
Puesto que algunos de sus compañeros empiezan a trabajar de madrugada, terminan el horario antes que ella, por lo que aumenta su área de limpieza a otros jardines.
Se le localiza minutos antes de las 13 horas, barriendo por tercera vez en su jornada. Su relevo no tarda en llegar.
Varias personas trabajan en la plaza Principal, intentando mantenerla limpia.
MARTÍN, A MANO LIMPIA
Antes de las 3:30 de la madrugada, el señor Martín empieza su tarea: barrer toda la calle Hidalgo desde el parque Juan Escutia hasta la avenida P. Sánchez; quizás unos dos kilómetros.
Pero el buen trabajo de Martín no es reconocido por tantos: en unas horas la calle Hidalgo vuelve a estar sucia.
Y ahí se le encuentra al mediodía: a mano limpia y con una bolsa negra, le da otra repasada a la calle Hidalgo, recogiendo la basura más grande.
Si ya barrió en la madrugada, no debería encontrarse al señor Martín recogiendo esas servilletas usadas, esos vasos desechables y popotes, y más y más basura.
Y como Martín, hay más trabajadores que barren el primer cuadro de la ciudad cuando la mayoría aún duerme.
Bien se podría tener un centro de Tepic más limpio.
(María Dolores y Martín, en la limpieza. Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)