* Un abogado nayarita, defensor de Noé Ramírez Mandujano, detalla cómo se vivió el día de la liberación del llamado ex zar antidrogas en abril pasado.
Al anochecer del pasado 15 de abril, cuando la liberación de Noé Ramírez Mandujano era anunciada por los medios de comunicación nacionales, seguramente nadie se imaginaba que el ex subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada se transportaba en un taxi del penal federal El Rincón a un hotel en Tepic.
Llevando puesto un pans y camisa azul proporcionados en la prisión, el ex alto funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR) se reunió con su familia: su esposa, su hija, sus padres, sus hermanos. Se abrazaban y brotaban las lágrimas.
Habían transcurrido cuatro años y cinco meses desde su detención, acusado de vínculos con la delincuencia organizada, y ese día se dictó sentencia absolutoria. Era inocente.
La mamá de Ramírez Mandujano pidió a los ahí presentes que se tomaran de las manos y rezaran unos minutos, en agradecimiento a Dios.
Poco después, tras una cena rápida, el ex subprocurador y su familia salieron de Tepic rumbo al Distrito Federal, por carretera, mientras los noticieros de televisión nacional citaban la liberación como una de sus notas principales. Se caía en pedazos la llamada Operación Limpieza.
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Horas antes, cuando el juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales Mauricio Fernández anunció la sentencia, presente en la audiencia, la familia de Ramírez Mandujano aplaudió la resolución, felices.
La orden del juez fue que el ex funcionario obtuviera la libertad en un máximo de 24 horas, razón por la que inicialmente se creyó que sería liberado al día siguiente. Por ello se le explicó a Ramírez Mandujano que su familia lo esperaría hasta las seis de la tarde en el área de trabajo social del penal, pero si era liberado más tarde tomaría un taxi –que se solicita desde la prisión- hasta el hotel, como ocurrió.
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Quien cuenta lo anterior es el abogado nayarita Máximo Antonio Rodríguez Medina, quien fungió como defensor particular de Noé Ramírez Mandujano.
“Profesionalmente ha sido una satisfacción grande; se hizo justicia y es una historia enriquecedora porque te das cuenta de la capacidad que también hay entre abogados de provincia”, indica en su despacho.
Explica que el Poder Judicial Federal fue tan cuidadoso en el asunto que unos días antes de dictar sentencia se le citó para que estuviera presente. “Nunca me había pasado que te citen a una audiencia para oír sentencia”.
Para Rodríguez Medina no hay duda: la detención de Ramírez Mandujano fue por cuestiones políticas, con base en señalamientos del testigo colaborador Roberto López Nájera, mejor conocido como “Jennifer”, con el cual sostuvieron numerosas diligencias a través de enlaces vía satélite.
Indica que el juez federal resolvió que “Jennifer” mentía y presenta una prueba de ello: en una ocasión señaló el 10 de septiembre del 2007 como una fecha en que se reunió con Noé Ramírez Mandujano, cuando en realidad ese día éste viajó a Estados Unidos en compañía de otros funcionarios de la PGR. Y ello se acreditó con testigos, los boletos de avión y una carta de la empresa Mexicana.
De acuerdo con el abogado Rodríguez Medina, la defensa de Ramírez Mandujano la inició después de que se vinculó con el caso del ex agente federal Luis Manuel Aguilar Flores, detenido también dentro de la Operación Limpieza y logrando su absolución en diciembre del 2012.
Recuerda que la noche que fue liberado, Aguilar Flores se preguntó qué iba a ser de su vida, sin dinero y sin trabajo.
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Máximo Antonio Rodríguez detalla que Ramírez Mandujano nunca perdió la seguridad de que sería declarado inocente.
“Es maestro en derecho y muy estricto, capaz, drástico. No se ofrecía ninguna prueba, nada, si él no lo sabía con anticipación”.
Dice que el papá de Ramírez Mandujano, jubilado de la Marina, le platicaba que para poder venir a ver a su hijo se subía a los camiones a cantar y ganarse unos pesos. “No son gente de recursos”.
Recuerda que la noche del 15 de abril, la esposa del ex subprocurador le habló por celular para comentarle que éste ya había llegado al hotel en un taxi.
“Cuando me reuní con ellos en el hotel sentí que era tanta la emoción que no podían ni hablar. Entraban muchas llamadas de gente que quería hablar con él y por Internet leíamos las noticias sobre su libertad. Él quería irse en ese momento y nada más se quedaron a cenar. Nos tomamos unas fotos. Su mamá nos pidió que oráramos todos juntos”.
- ¿A usted qué le dijo Ramírez Mandujano?.
- “Gracias, licenciado”, y nos dimos un abrazo.
A raíz de la defensa de Ramírez Mandujano, Máximo Antonio Rodríguez señala que ha intercambiado opiniones con abogados de otras partes del país que también defienden a ex funcionarios detenidos en la Operación Limpieza.
Actualmente, él lleva la defensa de varios ex funcionarios.
(En la imagen Ramírez Mandujano –de menor estatura- y el abogado Máximo Rodríguez. Foto: cortesía)