* Este miércoles estuvo a nada de concretarse el primer matrimonio en Nayarit de una pareja del mismo sexo; será hasta el próximo martes.
Ambos de pantalones negros al igual que los zapatos, Daniel Izcoat Aguirre Ortiz escogió el color verde en su camisa nueva de manga larga, mientras que Pedro Gutiérrez Mejía se presentó con un camisa rosa, fuerte.
El verde y el rosa podría observarse fácilmente desde lejos. Daniel añadió unos lentes grandes, oscuros.
Este miércoles, Daniel y Pedro estuvieron a nada de convertirse en la primera pareja del mismo sexo en contraer matrimonio por el civil en Nayarit, pero la fecha fue pospuesta para el martes uno de julio, ya que no cumplieron debidamente con la presentación de los respectivos certificados médicos. Es lo único que faltó, producto de una distracción.
La pareja, que podrá casarse en Nayarit gracias a que obtuvieron un amparo de la justicia federal –puesto que el Código Civil del estado aún prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo-, arribaron al Registro Civil en Palacio de Gobierno a las 11:10 de la mañana.
Los acompañaba el abogado Alfonso Nambo y diversos líderes por la diversidad sexual: Jaime Cobián Zamora, dirigente nacional, y Hermilo “Milo” Márquez, un luchador social originario de Laureles y Góngora, municipio de San Blas.
Otros integrantes de la comunidad lésbico-gay arribaron a Palacio de Gobierno.
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Si en los días posteriores al amparo, del que este reportero dio seguimiento, trascendió que el matrimonio sería en privado, al mediodía de este miércoles varios medios de comunicación dieron cobertura al evento, algo que, se notó, incomodaba a Daniel y a Pedro.
Incluso, cuando a las 11:17 horas salieron de Palacio de Gobierno y abordaron un taxi, por un buen rato se comentó que quizás no regresarían. El rumor aumentó cuando una señora y una muchacha -que llevaban una niña de unos dos años y un recién nacido- se dirigieron a camarógrafos para pedir que no se captaran las imágenes de los contrayentes.
El parecido de la señora con Pedro era notable: quizás su mamá. Más tarde, Pedro fue visto cargando a la niña de dos años.
Por cierto, fue la misma señora que expresó un “ya les dije, ya les dije”, cuando a las 12:48 horas regresaron Daniel y Pedro, más sin embargo fue imposible que no cayeran sobre ellos las tomas fotográficas y de video.
Si el evento lo querían privado, era obvio que habían escogido las oficinas de Registro Civil menos apropiadas para ello, por la cantidad de reporteros que merodean todos los días en Palacio de Gobierno.
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“¡Va ser la boda del año!”, se animó “Milo” Márquez, uno de los más conocidos luchadores de la comunidad homosexual en el estado.
Muy pocos pudieron ingresar con Daniel y Pedro a un privado del Registro Civil, donde se les ofreció una plática prematrimonial. No se permitió la presencia de algún medio de comunicación.
Se deducía, pues, que el matrimonio era un hecho, hasta que salió Jaime Cobián para anunciar el problema con los cerificados médicos.
Cobián Zamora aprovechó el momento para informar que en breve estarán presentándose más amparos, quizás de otras ocho parejas de personas del mismo sexo, con el fin de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) obligue al Congreso del Estado a efectuar la correspondiente reforma en el Código Civil.
Así, concluido el anuncio, uno a uno inició el retiro del pasillo en el exterior del Registro Civil: reporteros, amigos y familiares de la pareja.
Pedro salió con una niña en brazos a la 1:27 y un minuto después lo hizo Daniel.
Si se trata de un asunto en que la comunidad homosexual ha empujado fuerte en los últimos tiempos, ahora es prácticamente imposible no darle la cobertura periodística.
Es más, irónicamente, el cambio de fecha incluso coloca a Daniel y a Pedro contra el dicho popular de que en martes ni te cases ni te embarques.
Y ellos lo harán.
(“Milo” Márquez. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)