* Entran a jubilación siete funcionarios tras laborar muchos años en la dependencia estatal.
Muchos abrazos y felicitaciones acompañaron a trabajadores de la Fiscalía General del Estado (FGE) que el viernes 30 laboraron por última vez, después de muchos años en funciones.
Juan Carlos Casillas Cabuto, Eva Aguilar Bustamante, Edith Eréndira Estrada Aguirre, María de la Luz Franco Regino, Rosa García Delgado, Verónica Delgado Castillo y Felícitas Villegas Mayorga cumplieron un ciclo laboral, en algunos casos de más de 30 años.
Con excepción de Eva Aguilar –adscrita a una agencia ministerial de juzgados- y Felícitas Villegas –en el archivo-, que por razones personales no pudieron acudir a la fiscalía, los demás citados fueron acompañados por familiares y amigos en sus últimos momentos de trabajo.
Aunque había risas y felicitaciones, también rondaban las lágrimas, la nostalgia.
“Me voy rico en amigos, siempre traté de servir y atender de la mejor manera a las personas, en dar la cara por la institución”, indica un emocionado Casillas Cabuto, responsable durante muchos años de la oficialía de partes.
Su compañera Elizabeth Ángeles lo describe: “buen amigo y demasiado buen compañero”.
Hay grandes arreglos de flores en las áreas de trabajo de cada uno de los que se van.
Pasado el mediodía, hay pastel, chocolate y más tarde son llevados bocadillos.
A unos metros, la agente del Ministerio Público Zynthia Karenia Luna abraza a Edith Eréndira Estrada como a una hermana y le desea lo mejor. “¡No te vamos a dejar ir!”, le indica mientras retiene las lágrimas.
Edith considera que se trata de un ciclo en su vida que ha terminado y vienen otros, como el de trabajar de abogada.
En otra agencia ministerial, la señora María de la luz Franco muestra, hasta el último instante, un anuncio en el pecho, en apoyo a sus compañeros sindicalizados.
Todos son acompañados por sus familiares, amigos, compañeros de trabajo. Rosa García hubiera querido quedarse más tiempo, pero la situación sindical cada vez es más difícil.
La perito y contadora Verónica Delgado es rodeada hasta el último momento por los suyos, de Servicios Periciales.
La última cita con el reloj chocador se retrasa un poco porque se espera el arribo de la rondalla del sindicato, el SUTSEM, cuya música vuelve más emotivo el momento.
Y entonces sí, en casi todos brotan las lágrimas.
(En las imágenes los que se van, con sus familias y amigos. Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)