* En calles de Tepic, aumentan en inicio de año la presencia de comisionistas que pegan papelitos en casetas telefónicas y postes de luz, o lo dan de mano en mano, ofreciendo préstamos que muchas veces terminan en demandas mercantiles y posteriormente embargos.
Pegados en los postes de luz, en las paradas de camiones, en casetas telefónicas, pequeños papelitos con leyendas como “préstamos” y “¿necesitas dinero?”, podrían ser el inicio de casos de deuda traumáticos para muchas familias, que a la vuelta de la esquina se convierten en demandas mercantiles e incluso generan el embargo de sus bienes, aunque por la necesidad económica pueden aumentar a principios de cada año por la llamada cuesta de enero.
Además de los anuncios, grupos de personas salen a las calles y entregan el aviso de mano en mano, como olfateando la urgencia de muchos por conseguir dinero.
Una señora explica que así lleva trabajando 14 años, ganándose una comisión dependiendo del crédito que obtiene cada uno de sus clientes, pero en realidad no es ella la que presta el dinero, sino una empresa financiera.
“Sí, tenemos una oficina, pero si yo le digo de la financiera al cliente, se va para allá”, comenta a este reportero.
Añade que en los últimos tiempos los préstamos se han cerrado para personas que no tienen Seguro Social o ISSSTE, pero agrega que la cartera está abierta para jubilados y pensionados.
Por teléfono, otra comisionista coincide que los préstamos a personas desempleadas han sido cerrados.
CAOS POR SEIS MIL 696 PESOS
En junio del 2013, González –la identidad de la persona será omitida- obtuvo un préstamo de seis mil 696 pesos de la financiera Independencia. Firmó el respectivo pagaré. Unos meses después no pudo continuar los abonos pactados y fue presentada una demanda mercantil en su contra, con el argumento de que era parte de lo acordado.
Según los datos recogidos, generalmente las empresas financieras como la antes citada, venden su cartera vencida a despachos de abogados que, a su vez, interponen las demandas mercantiles. Y hay abogados que intentan despacharse con la cuchara grande.
En el caso de González, contra el cual se dictó sentencia, no sólo debe pagar los seis mil 696 pesos originales, sino también “intereses ordinarios”, “intereses moratorios”, así como “gastos y costas del juicio”. El despacho de abogados que lo demandó calculó todo ello en ¡36 mil 312 pesos!, sin embargo un Juzgado Mercantil en Tepic fijó la suma a pagar en 16 mil 485 pesos.
Pero la deuda, ahora multiplicada, aún no es saldada, sino que representa un problema para la familia González. Empleados judiciales se han presentado varias veces a su domicilio particular, pero en esas diligencias nunca ha sido encontrado. Y su papá, su mamá o alguno de sus hermanos se han negado a permitir el ingreso para el señalamiento de bienes de embargo.
Ha aumentado el estrés, la preocupación por tantos requerimientos de pago.
Funcionarios judiciales indican que empresas que ofrecen préstamos estarían iniciando, aproximadamente, entre 40 y 50 por ciento de las demandas mercantiles. Podrían ser miles cada año y muchas veces por cantidades no fuertes, lo que confirma las dificultades económicas de tantas familias.
Se explicó la importancia de que el cliente analice el préstamo antes de la firma del pagaré, que se oriente sobre los riesgos que está tomando, y de que no se retrase en los abonos acordados para no dar motivo al inicio de juicios.
De igual forma, se insistió en la importancia de que, si ya fueron interpuestas las demandas, sean contestadas en tiempo y se busque una conciliación, “porque muchas veces no sabemos si las personas dieron tantos abonos. Necesitamos saberlo para ver en qué se les puede ayudar”, indicó una de las fuentes.
Una de las comisionistas consultadas aceptó que generalmente la cuesta de enero obliga a muchas personas a conseguir préstamos. Por ello no parece casualidad que se les encuentre calle por calle, pegando sus papelitos o entregándolos de mano en mano. Y por alguna razón son generalmente mujeres las que cumplen este trabajo: Francisca, Nory, Paola, Eva, Cecy, son algunos de los nombres anotados, además del respectivo número de celular.
(Anuncios en caseta de teléfono. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)