* Hasta el viernes 30 en que venció el término constitucional no se había ofrecido prueba alguna a favor de Luis Alberto Rodríguez.
Cuando el miércoles 21 de mayo Luis Alberto Rodríguez Pérez rindió su primera declaración ante un agente del Ministerio Público, indicó un “soy inocente” cuando fue cuestionado sobre la muerte de su ex pareja Sarahí Chavarín Ávila, de 20 años de edad, encontrado su cadáver la noche del lunes previo en la calle Camino Viejo a San Blas de la colonia Lindavista, barrio, por cierto, donde ella vivía.
10 años mayor que ella, “El Pollo” indicó que probablemente encontrarían sus huellas en la camioneta donde fue encontrado el cadáver puesto que, explicó, el domingo 18 estuvo con Sarahí y manejó un rato ese vehículo porque aparentemente estaba fallando. Pero insistió: “soy ajeno a los hechos”.
La camioneta la compraron ambos y esperaban venderla para repartirse el dinero, según dijo.
Luis Alberto había regresado de Tala, Jalisco, a donde se dirigió la noche del domingo 18 puesto que se dedicaba a vender ropa y allá tiene familiares que le ayudaban. Se le giró una orden de presentación y al saber de ello compareció ante un agente ministerial. Y tal y como lo mencionó en su declaración, peritos confirmaron huellas de él en la camioneta.
Era el principal sospechoso puesto que, además, la descomposición del cadáver suponía transcurrido más de un día desde que ocurrió el crimen.
Entonces se le preguntó si se sometería a la prueba de poligrafía para saber si decía la verdad o estaba mintiendo. Y aceptó.
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En el número de expediente 445/2014 del Juzgado Primero Penal de Tepic que se sigue a Luis Alberto por el delito de homicidio calificado, se explica el procedimiento como se realizó la prueba de poligrafía, efectuándole preguntas directas en torno a Sarahí y el homicidio que sufrió, lo que al final arrojó, se explica, que no pasó la prueba.
Y fue ante los técnicos encargados de ello y no ante policías o un agente ministerial donde el comerciante de ropa confesó por primera vez su participación en el asesinato. “No aguanté el remordimiento”, habría citado.
Después lo abundaría en su declaración ministerial: que los hechos sucedieron en el motel Aires de San Juan 2, que Sarahí sacó una navaja, que la golpeó, que la acomodó en el asiento trasero de la camioneta y como ella aún respiraba le cortó en la garganta. También le vació ácido muriático en la cara y otras partes del cuerpo de un recipiente que, dijo, ella traía en la camioneta.
El lunes 26 durante la diligencia de declaración preparatoria, Luis Alberto estuvo llorando. Y hasta el mediodía del pasado viernes 30 no se había ofrecido ninguna prueba a su favor, por lo que horas más tarde le debió ser dictado auto de formal prisión.
Pero a pesar de su silencio ante el juzgado, “El Pollo” ventiló ministerialmente lo que venía arrastrando de tiempo atrás: su coraje, sus celos de haber encontrado “fotografías en su teléfono celular, abrazada con cabrones”. Tenían unos meses de haber finalizado la relación que duró dos años.
Luis Alberto negó que hubiera planeado el homicidio. “Me ganó el coraje”. Y tampoco pensó huir, sino que viajó a Jalisco porque en la región de Tala tenía años vendiendo ropa y unos días antes recibió un pedido.
Así, el domingo 18 al mediodía cometió el crimen, luego se regresó a su domicilio en Xalisco, incluso fue a una tienda Coppel y compró una mochila, y por la noche viajó a Jalisco. El martes 20 su familia le avisó la muerte de Sarahí y que la policía lo buscaba.
De ser encontrado culpable de homicidio calificado, Luis Alberto Rodríguez Pérez recibirá una condena de entre 20 y 50 años de cárcel, dependiendo de las calificativas que determine el juzgado, como las de premeditación, alevosía, ventaja.
(Foto: Fiscalía General)