* Retrasos en pago quincenal y en diversas prestaciones, falta de medicina, entre otras, motivaron paro laboral, el segundo en dos semanas.
En el Hospital General de Tepic, la anestesia que se requiere es insuficiente. Su uso actual es nada más para emergencias. Las intervenciones quirúrgicas programadas han sido suspendidas.
Un médico cuenta que, en su caso y el de otros colegas, cuando participan en operaciones llevan su equipo de trabajo propio. “Con lo que hay aquí, no podríamos operar”.
Se ejemplifica más: si una jeringa se utiliza en un paciente, volverá a usarse otras veces en él, por la carencia que persiste.
Se afirma que por falta de personal, hay centros de salud en el estado que no están funcionando y otros en malas condiciones físicas.
Si la carencia más dramática es el hacinamiento de enfermos o falta de medicina, también lo hay en jabón, gel antibacterial, papel de baño y, según parece, también en papel para imprimir los talones de cheque, que en varias quincenas no han recibido los más de cinco mil trabajadores agremiados a la Sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud.
En lo alto del Hospital General se lee un anuncio sindical, en una manta: “si tu paciente no mejora, no es operado o empeora, es porque ¡no tenemos con que atenderlo!”.
Al igual que sucedió entre los días 15 y 17 de noviembre, este jueves se anunció un paro laboral del personal sindicalizado en el estado, por lo que se atendería únicamente urgencias, pacientes ya hospitalizados y otras áreas como insuficiencia renal, pero en cambio se suspendería la atención en citas o cirugías programadas.
La decisión sindical fue tomada por el incumplimiento a diversos acuerdos como el pago puntual a los trabajadores, o la falta de entrega de numerosas prestaciones.
Incluso, se reclama que descuentos formales a trabajadores, por ejemplo del ISSSTE o por la compra de muebles, no son remitidos como corresponde, por lo que después brotan problemas de los que deberían ser ajenos.
Y si existe agravio a los trabajadores identificados como “federales”, “regularizados u homologados”, “formalizados”, y los “OPD” –Organismo Público Descentralizado- que son bases estatales, es ya conocido lo que padecen quienes durante años han trabajado por contrato o cubren suplencias, con retrasos de pago de varias quincenas.
Sobre ello, trasciende que otros profesionistas con menos méritos sí acceden a bases, pero por tener vínculo con altos funcionarios.
“En todos los hospitales hay graves carencias de personal y de medicamento. Falta de todo: camas, sábanas, hay polilla y hasta ratas”, indica una empleada administrativa.
Añade un médico: “la Secretaría de Salud hace años entró a un declive y cada vez estamos peor. Aquí ha estado gente que vino pensando escalar en la política y así empezamos mal”, indica en referencia a Omar Reynoso, titular de Salud en el gobierno de Ney González.
En el Centro de Salud Mental (CESAME) la carencia se palpa en los baños: los dos destinados a pacientes o familiares, de hombre y mujer, hace unos dos años no funcionan. No hay dinero para arreglarlos. Por ello los empleados ahora utilizan un baño para todos, y dejaron otro para las personas visitantes.
La Secretaría de Salud sigue en crisis.
(Foto de archivo: Oscar Verdín/relatosnayarit)