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Mié, Nov

Una cruda y 20 pesos que faltan…

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* “Sólo por hoy no”, se defendió Ríos aunque no por mucho tiempo…ahí estaba la cerveza helada. 

 

Tras cinco meses de estancia en un albergue para alcohólicos, el de apellido Ríos salió dispuesto a retirarse del vicio, estar pendiente de su familia y su trabajo en la limpieza de jardines.

Sus “padrinos” del albergue le habían advertido: no buscar, no encontrarse “con viejas amistades” con quienes antes consumía bebidas alcohólicas.

Pero bastó una semana para que asistiera a un partido de futbol en la colonia Andareñas, en Xalisco, y ahí no sólo saludó a sus amigos, sino que rechazó una primera invitación para tomarse un bote de cerveza helada. Todo parecía estar bien.

Ríos había aprendido a interpretar la frase “sólo por hoy no” -puesto que el futuro no existe y el pasado ya se fue, explica-, pero no le valió por mucho tiempo. 

Ante la insistencia de sus amigos, -“tómate nomás uno”- se puso a prueba: nada más consumiría un bote, pensó entonces. 

Pero no fue uno ni dos ni tres, y se descarriló otra vez.

De 56 años, Ríos intercambia palabras con diversas personas y, al menos, habla con franqueza. Necesita completar 20 pesos pero no es para comprar comida, ni justifica que tiene un hijo enfermo o que va rumbo a la frontera. 

“Jefe, le digo la verdad, no es para comer, ando pidiendo para la cruda. Se lo digo porque a lo mejor al rato me va ver por ahí tomado. La gente no da para el alcohol, eso lo sé.”

Ríos tiene tres hijos adultos, su esposa. “Ella me reclama y tiene la razón. Yo no era así y estoy fallando, jefe. Yo antes sacaba mis 100 y hasta 200 pesos para el chivito, pero ahora no tengo machete ni azadón”. 

Hace unas semanas, Ríos se quedó dormido en una calle de Tepic y le fueron robados dos machetes, una piedra de afilar, un azadón, utilizados en la limpieza de jardines. 

Dice que para viajar entre Xalisco y Tepic no hay problema, porque hay conductores de camiones que no le cobran pasaje.

Ríos abre sus manos temblorosas y se asoman cuatro pesos. Aún le faltan 16. Con 10 pesos comprará una botella de alcohol de un cuarto de litro, y con el resto un refresco. 

Pero si no cumple la meta de los 20 pesos, necesitará al menos 10 para asegurar el alcohol, que el refresco será sustituido por agua.

“Jefe, ayer me quedé en la casa, me aguanté, pero ahora no pude”…

Y se va caminando, con la esperanza de completar esos 20 pesos.

(Ríos, alejándose. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)

 

 

 

 

 

 

 

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