* En los últimos meses, en más de 500 expedientes se resolvió la existencia de usura, por lo que, de oficio, jueces y magistrados determinaron la disminución del porcentaje de interés, explica Rocío Esther González García.
En más de 500 expedientes mercantiles, juzgados de primera instancia o bien la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), concluyeron que se estaban cometiendo actos de usura durante el cobro de elevados intereses, por lo que determinaron disminuir los porcentajes.
Lo anterior, explica la magistrada presidenta de la Sala Civil Rocío Esther González García, ha tenido un inmediato impacto social, puesto que han disminuido prácticamente en un 100 por ciento las demandas de cobro por intereses del 10, 15 ó hasta del 20 por ciento. Ahora, en su mayoría las demandas oscilan entre el cuatro y seis por ciento de interés.
González García detalla que en octubre del 2014, con la nueva integración de la Sala Civil donde la acompañan los magistrados Roberto Arturo Herrera López y Rodolfo Adrián Rodríguez Alcántar, se implementó un plan de trabajo con los jueces mercantiles, respetando la autonomía de estos, para ajustar criterios con base en resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para evitar la explotación por altos intereses, lo que lleva, igualmente, a la protección de la propiedad de la parte deudora, especialmente de sus casas, que las más de las veces son embargadas.
Añade que una parte importante es que el estudio en cuanto a los intereses es de oficio por parte del juzgado o de la Sala, ya no a petición de la parte demandada.
En su oficina del TSJ, la magistrada reconoce no sólo a sus compañeros magistrados, a los jueces y a sus equipos de trabajo, sino también a los abogados litigantes que, luego de que se insistió en la aplicación del citado criterio, en las demandas más recientes ya no hay excesivos cobros de interés.
“Lo más importante es no permitir abusos a los deudores, no permitir la explotación del hombre por el hombre y vemos que se está llegando a un nivel importante de cultura en muchos acreedores; actualmente las nuevas demandas cuentan con intereses de entre el cuatro y seis por cierto, ya no del 10, 15 ó 20 por cierto. Creemos que se está avanzando en la socialización y en algo cultural para evitar la usura”.
González García dice que varias resoluciones han sido combatidas a través del amparo, pero los tribunales colegiados les han dado la razón en la mayoría de los casos, apegándose a lo marcado por la Corte.
EL CASO PAGARÉS MUTILADOS
De igual forma, la magistrada dio a conocer otra situación en que la Sala Civil y los juzgados mercantiles trabajan para fijar criterios: la que tiene que ver con demandas por la presentación de pagarés que han sido desprendidos de las notas o contratos originales, por ejemplo cuando se realizan compras a crédito.
Y es que, alerta, muchos de los demandados reclaman que en los pagarés son anotadas sumas de dinero más altas de lo realmente adeudado.
Por ello, dice, es importante que durante los trámites de ese tipo, las personas verifiquen que todos los espacios en blanco de los documentos –los que están en letras chiquitas- sean llenados en su presencia, para que verifiquen que no sean anotadas cantidades alteradas.
A propósito de ello, comenta que recientemente juzgados mercantiles han requerido a las partes demandantes para que presenten no sólo el pagaré sino todo el documento original, lo que ha generado enojo de los acreedores.
Un acuerdo de un Juzgado Mercantil lo explica así en una demanda:
“…no puede decirse que se violan derechos humanos o garantías del promoverte, porque en obsequio a su derecho de acceso a la justicia no se le desecha la demanda; sin embargo, se le previene al demandante, para que presente la parte del documento original que omitió exhibir a partir de la mutilación de dicho documento”…
La magistrada insiste: “creemos que lo más importante es la cultura, el impacto social que se está dejando en la protección de la gente para evitar excesivos cobros de intereses. Intentamos hacer justicia”.
(Rocío Esther González. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)