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Vie, Abr

Mata y le preocupa pagar 200 mil pesos a familiares de víctima

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* José Alfredo Ramos fue sentenciado a 18 años de cárcel por homicidio calificado registrado en octubre del 2017, en Quimichis, municipio de Tecuala.

 

José Alfredo Ramos Mendoza fue como una cámara en el tiempo cuando indicó que no tenía 200 mil pesos, y es que en algún momento, en años adelante, necesitará ese dinero para cumplir una condena.

La noche del pasado 24 de octubre, en Quimichis, municipio de Tecuala, Ramos Mendoza, un joven que ronda por los 30 años, pegó varios machetazos a Miguel Ángel Torres Montaño y le provocó la muerte. Dos testigos contaron que José Alfredo en realidad quería arreglar cuentas con los tres y que Miguel Ángel intentó poner calma pero sacó la peor parte.

Durante el mediodía de este martes, en una sala de justicia oral en Tepic se efectuó una audiencia de procedimiento abreviado dentro del número de expediente 1427/2017, mismo que José Alfredo aceptó y por lo que fue condenado a 18 años de cárcel, el equivalente a 50 días de multa y 200 mil pesos a favor de los beneficiarios de la víctima.

El juez César Octavio García Torres explicó al imputado que al someterse al procedimiento abreviado renunciaba a un juicio oral en el que podía aportar pruebas a su favor, pero también, le dijo, el procedimiento le permitía obtener beneficios, en especial una reducción de la condena.

Por ejemplo, añadió el juez, el homicidio calificado se castiga de 20 a 50 años de prisión y en este caso la Fiscalía General del Estado (FGE) solicitó 18 años, dos años menos de la pena mínima.

Esa parte citada por García Torres conviene remarcarla en esta nota: el hecho de que la justicia oral permite una disminución de la condena, y por ello el procedimiento abreviado generalmente es aceptado cuando hay sobradas evidencias contra un imputado, como en este homicidio registrado en Quimichis.

Cabe mencionar que el juez realizó varias preguntas a José Alfredo Ramos para verificar que no hubiera presión o amenaza para someterse al procedimiento, así como el hecho de entender lo que ello significaba, además de aceptar responsabilidad en el homicidio.

La única duda mostrada por el sujeto fue cuando el juez le anunció la cifra de 200 mil pesos como reparación del daño:

“No tengo para pagar, si lo acepto o no es lo mismo para mi”, se le escuchó.

García Torres insistió en la explicación, que no cambiaba las cosas.

Pero la duda de José Alfredo tiene una razón, porque además de los años de cárcel en algún momento tendrá que acatar la reparación del daño fijada en 200 mil pesos.

En la citada audiencia estuvo presente un hermano del ahora occiso, junto a un agente del Ministerio Público y una asesora de víctimas, estando de acuerdo en los términos en que concluyó el asunto.

No hubo más que añadir. José Alfredo estuvo acompañado por un defensor público y, concluida la audiencia, fue retirado de la sala por un policía estatal.

“¡Para los tres tengo!”, expresó José Alfredo aquella noche de octubre, al encarar a tres hombres y dando muerte a uno de ellos.

 

 

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