* Estudiantes de la casa universitaria lanzan un “basta a la corrupción, a la impunidad”, o su protesta al cierra de “campos clínicos” en hospitales, con cada vez más desventaja frente a escuelas particulares.
Estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) van concentrándose en la explanada frente a la Rectoría, y los anima una voz que reclama: “el gobierno quiere que haya menos personas con una carrera universitaria. Recortar el presupuesto a las universidades públicas es un atentado a la educación”…
Un joven rapero canta, moviéndose de un lado a otro en el templete previamente instalado. Ahí abajo hay dos coronas con flores blancas: una en honor a los estudiantes muertos el 2 de octubre de 1968, y otra por la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
Un grupo de jóvenes llega a la explanada mostrando fotografías grandes de cada uno de esos 43 estudiantes y con una tela negra en la boca. Cientos de estudiantes se quedan en el acto, y cientos de estudiantes se van.
“No tenemos que dejarnos de esos estúpidos”, apunta el rapero entra una y otra de sus canciones. Varios jóvenes hacen uso de la voz en el micrófono y sus reclamos son variados: desde que no haya aumento al transporte público para estudiantes, hasta la exigencia de justicia por el caso Ayotzinapa, por el derecho a la educación de todos y porque no haya recortes en los recursos que reciben las universidades públicas.
Ahí se ventila un problema que aqueja a las escuelas del área de salud de la UAN, en especial Medicina y Enfermería: el hecho de que poco a poco han ido cerrándose “campos clínicos” para ellos, lugares en hospitales en los que hasta hace unos años ocupaban entre el 90 y 95 por ciento para realizar sus prácticas, pero ahora se ha reducido al 60 ó 65 por ciento.
“No podemos permitir que intereses personales estén por encima de intereses públicos”, añade un estudiante en referencia a una competencia desleal de universidades particulares.
Otro estudiante apunta:
“Basta de corrupción, de impunidad, de malos gobiernos”.
Algunos jóvenes se mueven entre los asistentes para mostrar leyendas alusivas. “Ni perdón ni olvido”, se lee en una. “Justicia Ayotzinapa/Justicia UAN. 2 de Octubre”.
Y la voz de una joven cita que “nunca se nos pregunta si queremos a un político bien pagado o a un pueblo bien educado”.
En la explanada de la casa universitaria se insiste en el rechazo a cualquier recorte en el presupuesto a la educación. “¿Es un crimen luchar por una educación de calidad?”.
La sola idea de una disminución de los recursos espanta en la Universidad, que atraviesa por una crisis económica y se ha impuesto medidas para intentar salir de ella.
El rector de la UAN Jorge Ignacio Peña González se ha sumado al evento. Es el último en tomar la palabra. Ve su reloj. Aún es de mañana.
Nacho Peña es breve pero emotivo: pide a los asistentes que empuñen su mano izquierda y lo levanten como un homenaje a quienes murieron aquel 2 de octubre, un homenaje por los 43 de Ayotzinapa, un homenaje por los muertos de 1971, un puño en alto como una muestra de lucha por la autonomía universitaria, y un homenaje por Luis González de Alba, uno de los estudiantes representativos del movimiento de 1968 y que se quitó la vida precisamente este domingo, al cumplirse 48 años de aquella matanza.
Al finalizar las intervenciones, las coronas con rosas blancas fueron colocadas al pie del busto de Amado Nervo.
(Fotos: Oscar Verdín/relatosnayarit)