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Sáb, May

En protesta contra geotermia, el nombre de José Raúl Barajas

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* Habitantes de El Ocotillo temen que si se instala una planta de energía geotérmica, pronto se convierta en un pueblo fantasma.

 

Cuando el jueves 14 se manifestaron en Tepic habitantes de El Ocotillo, municipio de Santa María del Oro, afuera del Congreso del Estado y de Palacio de Gobierno, en una de las mantas se leyó:

“Consejo de ejidos y comunidades opositoras al proyecto Ceboruco. Ing. José Raúl Barajas Guzmán. Rechazo total a las plantas geotérmicas en el sur de Nayarit”.

El nombre de José Raúl llamaba la atención. ¿Quién es…quién era?:

Se explicó que José Raúl murió el pasado 14 de marzo mientras viajaba en motocicleta en compañía de un hijo, y fueron impactados por un vehículo en carretera. 

El miedo de quienes protestan contra las plantas geotérmicas no fue para menos: un día antes, durante un evento en Las Guásimas, municipio de San Pedro Lagunillas, Barajas Guzmán fue una de las personas que tomó el micrófono para protestar por la instalación de esas plantas de energía en distintos puntos del sur del estado. 

Si bien dijeron saber que el presunto responsable fue detenido, consideran que las circunstancias del deceso del ingeniero José Raúl deben quedar plenamente aclaradas. 

Sobre el caso, el 15 de marzo la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que, un día antes aproximadamente a las siete de la mañana, en la carretera de Jala a Rosa Blanca –donde José Raúl vivía- el conductor de una camioneta perdió el control y se impactó con una motocicleta Yamaha en colores azul y blanco. 

El motociclista José Raúl fue trasladado a un hospital de Ixtlán del Río. Murió a los 52 años de edad. Su hijo Lenin, de 22 años, resultó lesionado, mientras que el chofer responsable, del que se hicieron cargo agentes de tránsito, se citó que tiene 24 años y es vecino de Magdalena, Jalisco. Su identidad fue omitida en el respectivo comunicado.

Rosa Rodelo Ruvalcaba, una joven madre con dos hijas que cursan el cuarto y segundo año de primaria, sintetizó la preocupación de los habitantes de El Ocotillo, puesto que la planta estaría muy cerca del pueblo: el miedo a la contaminación del agua, el aire, los malos olores, o a las profundas perforaciones de hasta tres kilómetros. 

Rodelo se imaginó que si no es detenida la instalación, El Ocotillo irá desapareciendo paulatinamente porque las familias emigrarán.

Por su parte, Juan González y Luis Alberto Soto indicaron que no se les ha dado la información necesaria, o la irresponsabilidad de diversas autoridades para la expedición de los permisos, entre ellos del Ayuntamiento de Santa María del Oro.

“Se entregaron permisos a base de mentiras. Primero nos decían que iba haber viveros, almácigos, y luego que la planta”.

Se conoció que regidores de oposición visitarían esta semana regiones de Michoacán donde ya operan plantas de energía geotérmica, para conocer el impacto que han tenido en las comunidades más cercanas.

(En recuerdo de José Raúl. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit) 

 

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