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08
Mié, May

El SIDA: historia de un sobreviviente

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* Poncho detalla claves para enfrentar la enfermedad: “esperanza, luchar y tener fe. Tampoco hay que buscar culpables sobre quién o cómo se dio el contagio. Cuando el problema ya está no queda más que salir adelante”.

 

Poncho se considera un sobreviviente y lo es, tras más de 22 años –de los cincuenta y tantos de edad- de vivir con SIDA.

No olvida la fecha: siete de marzo de 1991 cuando un médico le soltó la noticia: “‘usted tiene un problema, usted tiene SIDA’; te imaginas, en esos tiempos no había tanta información como ahora. El SIDA estaba en pañales y era prácticamente la muerte. Fue duro, aquellos días lloré mucho con una de mis hermanas”.

Explica que a lo largo de este tiempo ha tenido dos decaídas fuertes, en una de las cuales bajó 22 kilos de peso e incluso uno de los doctores que lo atendían le sugirió, advirtiendo su muerte: ‘si tienes algo que arreglar, arréglalo ya’.

Ahora, con la distancia de más de dos décadas de vivir con el SIDA, Poncho comenta lo que considera ha resultado vital para mantenerse en buen estado físico: 

“Hay que tener mucha esperanza, hay que luchar y hay que tener fe. Hay que comer bien. Pensé que si el doctor me había dado su pronóstico, faltaba lo que dijera Él –refiriéndose a Dios-. Tampoco hay que buscar culpables sobre quién o cómo se dio el contagio, porque el hubiera no existe. Cuando el problema ya está no queda más que salir adelante, aprender a vivir con SIDA y verlo como cualquier otra enfermedad”.

Desde hace 22 años participa en una peregrinación a Talpa para dar gracias a la Virgen. 

Poncho señala que en una ocasión un médico le pidió una lista de personas con las que había tenido encuentros sexuales, pero jamás la divulgó. Incluso no descarta que la infección se haya producido durante un trabajo dental que se le hizo.

Pero lo que sí explica es que el enfermo de SIDA enfrenta un fuerte rechazo, seguramente por mala información. “Yo siempre negué la enfermedad pero hubo quien la comentó y mis amigos se alejaron y ni el saludo me daban”.

Agrega que, irónicamente, años después algunos de esos conocidos también enfrentaron el SIDA. “De 100 que conocí, por decirte un ejemplo, 80 ya murieron”.

Dice que actualmente lleva su tratamiento a través del CAPASITS estatal (Centros Ambulatorios de Prevención y Atención en SIDA) y reconoce la atención que se les brinda, sin falta alguna de medicamento.

Poncho ofrece su relato para que sirva de experiencia a los lectores. Y es que no se explica cómo, en estos tiempos, con tanta información disponible pueda haber contagios de SIDA porque no se usó un condón.

37 CASOS EN 2013

El viernes 22, el secretario de Salud Oscar Villaseñor Anguiano y la responsable estatal del programa del VIH-SIDA, Nora Angélica Ulloa Chávez explicaron un trabajo para la promoción de pruebas rápidas para la detención del virus del VIH, previo al SIDA, en plazas principales de municipios como Tepic, Compostela, Tuxpan, Ruiz, Bahía de Banderas, Santiago Ixcuintla.

Se trata de sensibilizar a la población para que se realicen estas pruebas, especialmente quienes han tenido relaciones sexuales con varias personas o fuera de su pareja y sin protección.

Los datos divulgados precisan una disminución de casos en los últimos años. Por ejemplo, si en el 2005 se reportaron 115, en lo que va del 2013 suman 37, de los cuales 36 son hombres y una mujer. Desde 1983 en Nayarit se han presentado dos mil 115, de los cuales más del 56 por ciento ya murieron.

Ulloa Chávez explicó que el SIDA no significa hoy una muerte temprana, pero resulta importante la detección a tiempo del virus, y para ello basta una pinchadura en un dedo para la obtención de una muestra de sangre. 

 

 (Imagen de mexico.cnn.com)

 

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