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Mié, May

Testimonio de Raúl Delgadillo, el gordo de 217 kilos que se casó con la Fiscalía

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* El perito criminalista pide no descuidar el peso y ofrece su ayuda a quienes enfrentan gordura excesiva; ahora pesa 83 kilos.

 

Raúl Delgadillo Topete no quiere quedarse solo para él con la operación que se le practicó el 11 de febrero del 2000, cuando le fue engrapado el estómago, sino que con su testimonio intenta motivar a quienes enfrentan una gordura excesiva para que busquen ayuda.

Recuerda que un día antes fue a la pasturería Uribe, por la calle Abasolo, y se subió a una báscula que marcó 217 kilos, dato que después proporcionó al médico que lo operó.

Subirse a una báscula había sido uno de sus miedos, no sólo por lo que marcaba la aguja, sino por las miradas de curiosidad y tantas risas que despertaba a su alrededor.

14 años después y con sólo 83 kilos de peso, el abogado y perito criminalista reflexiona sobre la situación que vivió y que vive toda persona gorda en exceso.

Recuerda que fue en su casa, donde sus hermanas Martha y Norma, enfermera y doctora, respectivamente, lo animaron a recurrir a la cirugía, advirtiéndole los riesgos de salud que enfrentaba. El vaticinio era que antes de los 33 años podría infartarse, y es que eran frecuentes sus ingresos al hospital. Ya no podía continuar ese ritmo de alimentación, por ejemplo comiéndose a cualquier hora una pizza grande acompañada de una Coca-Cola, grande también.

“No dejes para mañana lo que Raúl se puede comer hoy”, se leía en un letrero en el refrigerador de su casa. Y es que acababa con todo.

Explica que la vida de un gordo como la de él era solitaria, con muchos amigos, sí, pero mientras ellos se iban en las noches a ver a sus novias, él se refugiaba en su casa o en su trabajo como perito de la Procuraduría General de Justicia, ahora Fiscalía. Además, en su apellido llevaba el martirio y era motivo de burla.

Recuerda que una vez, un compañero nuevo en el trabajo que lo llamaba por Raúl le dijo, serio, que le parecía de mal gusto que otros le dijeran Delgadillo, pero se sorprendió al saber que era su apellido y de la maldita paradoja. 

Después, ya delgado, uno de sus amigos le pidió  cuando observaron a un muchacho muy gordo.

“‘¡Búrlate, ríete de él! porque de ti se burlaron y supiste enfrentarlo y superarlo’; yo no pude hacerlo, nunca me burlaría de un gordo ni de nadie. 

“El gordo es el amigo y nada más. No hay novias a menos que tengas muchos billetes pero yo era gordo y estaba jodido; mi novia era la Procuraduría y podría decirse que me casé con ella y fuimos felices porque me dediqué a estudiar, soy perito certificado por el FBI. 

“Ahora hay mucha gente que sigue sin reconocerme hasta que los saludo y se van de espalda. ‘¿Cómo que eres Raúl?’. No he tenido ninguna repercusión, me engraparon el estómago y quedó más chico, por lo que ahora como poco”.

Si acaso, añade, durante un tiempo sufrió depresión y necesitó apoyo psicológico porque quería hacer ejercicio todos los días, correr, y le aterraba subir de peso. Ahora sale a trotar unos 20 minutos durante cinco días por semana.

De 41 años de edad, casado con Alma Gómez Robles y con dos hijas: María Fernanda y Natalia, Raúl Delgadillo pretende animar a quienes enfrentan una gordura mórbida para que acepten ayuda. Sus correos electrónicos son: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y se le puede contactar. Sabe que él, que sufrió de ello, entenderá fácilmente a quienes lo busquen. Ante todo, dice, la gente debe aprender a no descuidarse: 

“Se puede hacer ejercicio, se puede evitar comer en exceso, se pueden hacer muchas cosas por uno mismo. He animado a gente con gordura excesiva para que se operen, una abogada que conozco así lo hizo y ahora está feliz. Otros, que tienen sobrepeso, les digo que no se desatiendan porque al rato ya no se puede bajar”.

Insiste que la intención para contar su caso es que otras gentes tomen conciencia de los riesgos que implica aumentar de peso.

Con una diferencia de 134 kilos del antes y ahora, el testimonio de Raúl Delgadillo vale la pena.

 

(Raúl Delgadillo antes y ahora. Fotos: cortesía y Oscar Verdín/relatosnayarit)

* No se autoriza la transcripción o copia de las notas de Relatos Nayarit a otros medios de comunicación. NO al robo de notas. 

 

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