* La mamá, dos jóvenes hijas y dos bebés estuvieron a punto de ser sacadas a la calle; el suegro de la señora se comprometió a entregar la casa en enero.
Una orden judicial de desalojo en calle de Jazmines número 69 –paralela a calle Bucerías-, en la colonia Lomas de Lindavista, fue suspendida mediante el acuerdo de que en dos meses la finca será desocupada.
En el domicilio viven la señora Silvia Córdova Viguería –se le encontró en una cama, con suero y citando padecer un tumor-, dos jóvenes hijas y dos nietos de un año siete meses, y el otro con sólo mes y medio de nacido, respectivamente. Mientras un bebé estaba en brazos de una joven, el otro permanecía dormido en un sillón, lo que hacía más dramática la diligencia.
Córdova Viguería señaló a reporteros locales que no se niega a desocupar la casa, pero pidió un tiempo para ello. Dijo que está separada de Oswaldo Martínez Minjarez, quien fue demandado por Ramón Rosales Vega para desocupar el inmueble.
El lunes 10, aproximadamente a las 10 de la mañana arribó una secretaria ejecutora, acompañada por policías municipales, uno de cuyos agentes tomó grabación del lugar con su celular. “¡Disculpen, disculpen!”, citaba el policía mientras cumplía el ingreso a la casa, resguardando a la funcionaria judicial.
Un grupo de hombres, cargadores, esperaban en la calle.
Luego de unos 20 minutos de permanecer en el interior de la casa, la secretaria del Poder Judicial del Estado se retiró del inmueble: “¡nada que comentar!”, indicó a medios de comunicación presentes.
Luego trascendió un aparente acuerdo entre las partes. El señor Roberto Martínez Ramírez, suegro de Silvia, se comprometió a encontrar una casa en renta para ella, sus hijas y nietos, antes del 15 de enero próximo.
Y es que la demanda es contra Oswaldo Martínez, hijo del señor Roberto, quien afirma no saber de su paradero.
Vecinos de la citada colonia indicaron que hay un problema de origen en la zona, puesto que muchos terrenos y casas fueron vendidos a diferentes personas por la inmobiliaria Rosales.
(Durante la diligencia. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)