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Sáb, May

La rebelión de los cañeros

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* Lo sucedido con el movimiento cañero también dejó evidencia del pobre seguimiento político que se dio, pues nadie advirtió la mayúscula protesta que ocurriría.

 

La protesta de cientos de conductores de camiones que transportan caña, que inició la tarde del lunes y se mantuvo hasta este martes, en razón de que a un chofer compañero se impuso la medida cautelar de prisión preventiva a raíz de un mortal accidente en que fue atropellado un ciclista, ha dejado un cruda dedicatoria.

El centro de la manifestación ha sido la Fiscalía General del Estado (FGE), evidencia de lo que no pocos creen: que es ahí donde se deciden muchos procesos que tendrán prisión preventiva, con mayor peso que en el Poder Judicial del Estado, cuyos jueces de viva voz anuncian las medidas cautelares en todos los casos: prisión, reclusión en casa, garantía económica, prohibición de salir del estado, firma periódica, no acercarse a víctimas, entre otras.

La rebelión de los cañeros, con bloqueos en la avenida Tecnológico, el libramiento o el acceso a la autopista Tepic-Guadalajara, ha tenido un impacto impresionante, mucho mayor a manifestaciones similares por los casos de Camichín de Jauja, municipio de Tepic, suscitado en noviembre pasado, y de El Filo, municipio de Tecuala, en marzo reciente, que igual que ahora bloquearon el acceso a la Fiscalía por las medidas de prisión preventiva impuestas.

En las audiencias, el tema de las medidas cautelares que deben imponerse suelen generar debate. Se afirma que un juez debe velar por asegurar que un imputado comparezca a futuras audiencias, que no vaya a obstruir la investigación y, sobre todo, velar por la seguridad de la víctima.

Por ejemplo, hay eventos en que se impone la prisión preventiva, considerando que la víctima o víctimas indirectas estarían en riesgo si un imputado recupera la libertad.

Pero por otra parte, los casos de Camichín de Jauja y El Filo evidenciaron que se habría hecho alusión a delitos como cohecho y resistencia de particulares para justificar la detención. Incluso, un abogado del segundo asunto expresó en audiencia que es de sobra conocido que cuando un imputado inicia con esos delitos lo más seguro es que en poco tiempo se le seguirá otro expediente por diverso ilícito, de mayor impacto.

Es decir, lo anterior significaría que se estaría dando, en determinados asuntos, un invento de delitos, o que primero se detiene y luego se investiga.

Estos tres hechos: Camichín de Jauja, El Filo y la rebelión de los cañeros es una oportunidad de los juzgadores para que sean ellos y nadie más quienes decidan lo que debe resolverse en las audiencias, luego de escuchar a todas las partes, pues tan sólo las medidas cautelares significan que una persona enfrente su proceso en libertad o en prisión.

Se insiste, sin embargo, que cada asunto es distinto y muchas veces hay razones para que un imputado lleve su proceso en prisión, sobre todo si se acredita un peligro para la víctima.

Cabe agregar que lo sucedido con el movimiento cañero también dejó evidencia del pobre seguimiento político que se dio al tema, pues a pesar de que se conocían en redes sociales reclamos para que el conductor tuviera medidas cautelares distintas a la prisión, nadie advirtió la mayúscula protesta que ocurriría, pues de lo contrario se habría acelerado la búsqueda de un acuerdo con familiares del ahora fallecido para que el cañero recuperara la libertad, como se anunció este martes.

Por lo pronto, ya se hizo como un caminito que lleva a bloquear el acceso a la Fiscalía cuando se trate de cambiar las medidas cautelares.

(Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)

  

 

 

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