Días de Muertos

* Es el lugar que nos jala donde sea que estemos, y si resulta imposible la presencia física, se procura hacer llegar nuestras ofrendas.

 

Las personas llegan al panteón con escoba, pintura, brochas, azadón, o el agua en baldes para cumplir con la limpieza de tumbas.

Podría decirse que así ha ocurrido principalmente en la última semana, para que este lunes y martes continúe el peregrinar pero ahora llevando flores frescas, veladoras, o coronas naturales y de papel.

Estos Días de Muertos se cumple con alguno de los antojos del fallecido, procurándose comer junto a la tumba su platillo favorito.

En el panteón se coincide con paisanos que hace tiempo no vemos. Es el lugar que nos jala donde sea que estemos, y si resulta imposible la presencia física, se procura a través de alguien más hacer llegar nuestras ofrendas.

Ahí en las tumbas donde reposan los cuerpos de familiares tan queridos nos sumamos a los rezos por su descanso eterno.

Nadie quiere dejar solos a sus muertos, al menos no este uno y dos de noviembre, así que en las familias hay desde quienes llegan al panteón muy temprano, otros unas horas después, o bien por la tarde.

Si somos un pueblo que en su mayoría cree en la vida eterna, en que nuestros muertos no sólo descansan sino que nos cuidan desde donde quiera que estén, estas fechas alimentan la paz interior de estar en el panteón, aunque sea un rato, en Días de Muertos.