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Mié, Abr

Un juicio por robo de alhajas donde sucedió de todo

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* Es un hecho originado en el 2016 y aunque hay sentencia de un Tribunal de Enjuiciamiento, parece lejos de concluir.

 

En la causa penal 222/2016, a propósito de un robo de alhajas en un domicilio, ha ocurrido de todo:

En su momento, los imputados Luis Humberto “N” “N” y Luis Fernando “N” “N” recuperaron la libertad por un cambio de medidas cautelares al cumplirse un año sin que el asunto terminara; sin embargo, fueron aprehendidos por un delito diverso.

La señora Dalila “N” “N”, maestra que ha impartido inglés en varias escuelas, tuvo que garantizar una cuantiosa suma para seguir el juicio en libertad.

Y la joven Marlin “N” “N”, igualmente imputada y con libertad, le dio un apretón al sistema de justicia puesto que hace unas semanas, en días de juicio oral, dejó de presentarse sin previo aviso, provocando que se pospusiera la audiencia, deduciéndose que le ha sido girada una orden de reaprehensión.

Si se le dedicaron varios días efectivos al juicio –aunque inició antes de Semana Santa-, el mismo retrata por qué son necesarios en este sistema de justicia los procedimientos abreviados o las salidas alternas, pues de otra forma se necesitarían muchos más jueces, salas de audiencia y abogados defensores. Basta añadir que en el año suman más de 800 asuntos judicializados en Tepic, por lo que de mantenerse el ritmo se superarán los dos mil.

En este caso, el jueves dos, el Tribunal de Enjuiciamiento conformado por los jueces Marlén Gómez López, María de los Ángeles Juárez Flores y Osbaldo López Carbajal, impuso una pena de 4.6 años a los condenados, misma que aún no está firme y seguramente será combatida en recurso de apelación por los defensores y por la Fiscalía General del Estado (FGE). Y es que, por ejemplo, la condena no incluyó la reparación del daño, por aparentes deficiencias en el peritaje, sino que se dejaron a salvo los derechos para que la parte ofendida los haga valer por la vía civil.

El juicio 222/2016 debe ser el que más público ha llevado a una sala. Las audiencias siempre estuvieron llenas e, incluso, algunas personas se quedaban afuera.

La parte agraviada siempre fue acompañada por familiares, e igual sucedió con los imputados, en especial la señora Dalila. La madrugada que se anunció la resolución condenatoria –días antes de la individualización de la sanción-, en honor a ella algunas personas oraron en el pasillo de las salas. En una ocasión, la maestra hizo alusión a la religión que profesa. Luis Humberto y Luis Fernando coincidieron al citar que no la conocían.

Aunque el juicio concluyó en esta etapa, seguro dará  más puesto que en apelación será estudiado por una Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y, posteriormente, por un Tribunal Colegiado.

La familia agraviada insistirá para que se le repare el daño, mientras que los condenados seguirán alegando inocencia.

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