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El magistrado más alejado de Ney y Roberto

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* “La sociedad nos reclama una impartición de justicia pronta y expedita, sin corrupción, sin abusos y sin predilecciones para nadie”, señaló González Parra al asumir la presidencia del Tribunal Superior de Justicia.

 

Con pocas excepciones, el Poder Judicial del Estado ha resentido en los últimos nueve años el arribo de la mayoría de los 17 magistrados más por amistad y acuerdo político tramado con los ex gobernadores Ney González Sánchez y Roberto Sandoval Castañeda, que por una trayectoria en la institución o una respetable carrera como litigantes.

Los ocho años del magistrado presidente saliente Pedro Antonio Enríquez Soto dan cuenta de ello, a lo que tampoco escapa su relevo Ismael González Parra. Si Enríquez fue impulsado por Ney en su primer periodo, después lo hizo Roberto pero especialmente el ex fiscal Édgar Veytia, con una reforma a la Constitución Política en el Congreso del Estado que acomodó la reelección.

Por su parte, González también llegó a la magistratura en el 2009 como parte de un evidente acuerdo del entonces gobernador con la familia de Liberato Montenegro Villa, de quien es concuño; es decir, Ismael es tío político de Jorge Anibal Montenegro, hasta hace unas semanas secretario General de Gobierno.

Ismael podría ser, efectivamente, el magistrado más alejado de Ney y de Roberto, y el más identificado con la administración de Antonio Echevarría García.

El viernes 28 se formalizó la elección de González Parra como magistrado presidente que inicia a partir de este uno de octubre, con el voto unánime de los 17 integrantes del Pleno Magistrados.

Una vez concluida la sesión, hubo un receso para esperar el arribo del gobernador Echevarría García y el diputado Leopoldo Domínguez González.

En una sala repleta de funcionarios judiciales e invitados especiales, Liberato entre ellos, González Parra señaló en su discurso:

“Quiero enfatizarles que esta nueva gestión de la judicatura por un periodo de transición ciertamente breve, tendrá como condición el defender la independencia, la autonomía, la dignidad y la imparcialidad de la institución. Será premisa la defensa de nuestros jueces, de nuestras jueces, de todo el personal jurisdiccional que laboran en salas y juzgados. Decirles que protegeremos su dignidad laboral, que junto con ustedes estará invariablemente el presidente del Tribunal Superior de Justicia. Eso espero.

“Será una presidencia solidaria y de trato humano con todo el personal, privilegiando el diálogo con todos los compañeros y que el liderazgo del Poder Judicial no sea unipersonal, sin distinciones ni privilegios para nadie (…)

“Me conduciré con absoluta pulcritud en la responsabilidad administrativa, con irreprochable conducta en la función jurisdiccional y, desde luego, congruente en mi vida privada, con humildad y modestia para reconocer errores y corregir rumbos; así será.

“La honorabilidad, la honestidad, la imparcialidad y la independencia son valores fundamentales que los juzgadores debemos preservar todos los días. La mirada de la sociedad está puesta en nosotros, aprovechemos esta gran oportunidad para fortalecer la imagen del Poder Judicial. La sociedad nos reclama una impartición de justicia pronta y expedita, sin corrupción, sin abusos y sin predilecciones para nadie (…)

“La sociedad necesita más que nunca confiar en los impartidores de justicia y debemos estar a la altura de esa demanda. Los recursos que se ejercen en el Poder Judicial son recursos públicos, por ello debemos transparentar lo que gastamos, cómo lo gastamos y para qué lo gastamos…”

Igualmente señaló que se avocará para que “los ingresos, los ascensos y los cambios de adscripción sean producto exclusivamente de los méritos del sistema de carrera judicial…”

Hay temas que deberá abordar el nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia y que han estado pendientes, uno de ellos relacionado con lo que sucede en numerosos juzgados a cargo de secretarios de acuerdos que actúan como jueces por ministerio de ley. Es una problemática que lleva años.

Otro asunto está relacionado con la saturación de empleados administrativos, es decir, que no cumplen tareas jurisdiccionales y representan una carga para las finanzas. Hay quienes ven la urgente necesidad de reorganizar a ese personal o darlo de baja por improductivo.

Además de ello, lo principal: que se recupere la confianza en la impartición de justicia. Que se acabe eso de que, por ejemplo acorde a los intereses de Veytia, desde oficinas centrales del Poder Judicial se decidía a cual juzgado eran enviados tal o cual expediente.

Existe un reto para González Parra. Si su ascendencia está vinculada a la familia Montenegro, deberá separar al Poder Judicial de cualquier relación en ese sentido; además, se viven tiempos en que son llevados a juicio personajes de los gobiernos de Roberto Sandoval y de Ney González.

Durante el evento del viernes, en uso de la voz el gobernador Antonio Echevarría señaló:

 “Con pleno respeto a la división de poderes, me atrevo a augurar que hoy inicia un nuevo tiempo para la justicia en Nayarit. Agradezco en nombre de los nayaritas la seriedad y civilidad con la que los integrantes del Poder Judicial de Nayarit resolvieron su proceso sucesorio. Lo anterior nos garantiza que el nuevo rumbo, el cambio de guardia, se trazará en un marco de respeto institucional, visión de equipo y pensando en la genuina impartición de justicia, justicia sin amañados recovecos técnicos a los que sólo han tenido acceso los privilegiados, los poderosos y jamás el pueblo empobrecido (...)

“Un nuevo tiempo para Nayarit nos obliga a una relación entre poderes guiada por principios democráticos y de respeto, ya no de complicidades, pero adicionalmente exige capacidad para responder con eficacia a los reclamos de la gente en un entorno de mayor complejidad.”

(El gobernador y el diputado con los magistrados) 

 

 

 

 

 

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