* Conmueven palabras de joven indígena cuya hija murió junto a sus abuelos en febrero del 2017, expuestos al fuego en el municipio Del Nayar; Aquileo Martínez fue encontrado culpable de homicidio.
A eso del mediodía del jueves ocho, una joven pareja indígena asistió en su calidad de víctimas a una audiencia relacionada con el juicio 390/2017 que se sigue a Aquileo Martínez Romero, en relación con el homicidio calificado registrado el 22 de febrero del 2017 en el municipio Del Nayar, en agravio de Lucio Martínez de la Torre, su esposa Martha Velázquez López y su nieta de sólo un año de edad, a quienes se les prendió fuego cuando aún estaban vivos.
Esthela, mamá de la niña, lloraba bajito mientras oía los alegatos de clausura, la reconstrucción de lo sucedido, en tanto que su esposo Arnulfo la animaba poniéndole su brazo derecho en el hombro.
Habían decidido tomar la palabra pero en un primer intento ella no pudo, en tanto que a Arnulfo se le escuchó decir: “exijo que se haga cumplir la justicia; fue él, existía odio hacia mi familia”.
Arnulfo contó que su mamá Martha hace tiempo estuvo en la cárcel cinco años porque, actuando en defensa, mató al papá de Aquileo, y a ello habría que añadir la disputa por unas tierras de cafetales.
Concluida la intervención de su esposo, Esthela consiguió hablar con claridad, conmovedoras sus palabras: “yo soy la mamá de la menor que fue asesinada por Aquileo. Ella no sabía de odio ni de rencor, era muy dulce. Ello lo recibió –a Aquileo- con una sonrisa porque nunca miró a nadie con odio; no entiendo cómo fue posible que Aquileo la matara siendo tan indefensa, tan pequeña (…), pido justicia...”.
Lo anterior fue expresado ante el Tribunal de Enjuiciamiento integrado en este caso por la jueza presidenta Sandra Sánchez Covarrubias y los jueces Ricardo Rodríguez Valdés y Nolberto Gómez Aguedo.
Aquileo se negó a aceptar un procedimiento abreviado y, por el contrario, recurrió al juicio ordinario que inició el pasado lunes, pero el viernes nueve se anunció el fallo: fue encontrado culpable, aunque la condena se conocerá posteriormente.
La defensa pública se pronunció a favor del imputado, considerando que no existe ningún señalamiento directo de que él cometió los asesinatos.
Por el contrario, la agencia ministerial precisó que los hechos ocurrieron en El Jabalí, una zona apartada de la sierra Del Nayar, y que quienes presenciaron cuando las víctimas eran expuestas a la lumbre fueron los familiares y cómplices de Aquileo.
Sin embargo, se presentaron testimonios, por ejemplo de trabajadores de la pareja ahora finada, que probarían cuando Aquileo primeramente sometió con violencia a su tío Lucio. Después se hizo lo propio con Martha, ayudado por familiares, y en cuanto a la niña, se la había llevado uno de los trabajadores pero más tarde Aquileo lo obligó a entregársela.
El miércoles se presentó una testigo pero permaneció en una sala anexa y sólo fue identificada con sus iniciales, puesto que habría recibido amenazas de familiares del imputado. Éste señaló que la testigo es su esposa, mientras que la joven aseguró –sólo se le escuchaba la voz- que la relación terminó después del suceso violento.
La joven recién cumplió 18 años y estaba presente en los cafetales cuando Lucio y Martha fueron atados a un árbol, pero después tuvo que retirarse a una casa y no vio el fatal desenlace. De hecho, indicó que Aquileo no le comentó lo sucedido las horas siguientes, sino que supo de las muertes hasta que él fue detenido.
La agencia ministerial reconstruyó que los cuerpos de la pareja y su nieta fueron encontrados dentro de una choza. Un peritaje médico concluyó que las quemaduras se produjeron cuando aún estaban con vida.
Al mediodía del jueves, cuestionado por la jueza Sandra Sánchez sobre si haría uso de la voz y tras dialogar con sus defensoras públicas, Aquileo respondió: “no hay ninguna manifestación, su señoría”. Y el viernes, en una nueva audiencia, se anunció que ha sido encontrado culpable de homicidio calificado.
Probablemente menor de 30 años, Aquileo también es indígena. Tiene el cabello de un negro profundo: corto de los lados, parece que el largo del pelo que inicia arriba de la frente termina en la nuca.
(Cafetales; la imagen no corresponde a la nota concreta)
“Yo soy la mamá de la menor que fue asesinada…”
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